49 Versículo de la Biblia sobre los ataques enemigos
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a causa de la voz del enemigo, por la opresión del impío; porque iniquidad echaron sobre mí, y con furor me aborrecen.
«Al Músico principal: sobre No destruyas: Mictam de David, cuando envió Saúl, y guardaron la casa para matarlo» Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; ponme a salvo de los que contra mí se levantan.
Jehová hará que los enemigos que se levantan contra ti sean derrotados delante de ti; por un camino saldrán contra ti y por siete caminos huirán de delante ti.
Y vosotros no os paréis, sino seguid a vuestros enemigos, y heridles la retaguardia, sin dejarles entrar en sus ciudades; porque Jehová vuestro Dios los ha entregado en vuestra mano.
Y Jehová me dijo: Diles: No subáis, ni peleéis, pues no estoy entre vosotros; para que no seáis vencidos delante de vuestros enemigos.
Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os atacare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados delante de Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.
Me devorarían cada día mis enemigos; porque muchos son los que pelean contra mí, oh Altísimo.
«Salmo de David» Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; pelea con los que combaten contra mí.
Porque el Señor había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos y estrépito de grande ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí el rey de Israel ha pagado contra nosotros a los reyes de los heteos, y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros.
a no haber estado Jehová por nosotros, cuando se levantaron contra nosotros los hombres,
Y mis ojos mirarán mi deseo sobre mis enemigos; oirán mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.
Y pelearán contra ti, mas no te vencerán; porque yo estoy contigo, dice Jehová, para librarte.
Más que los cabellos de mi cabeza son los sin causa que me aborrecen; Poderosos son los que quieren destruirme; Sin razón son mis enemigos; he tenido que pagar lo que no he robado.
y oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás contra el campamento. Y él descendió con Fura su criado a los puestos avanzados de los hombres armados que estaban en el campamento.
Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón: Aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.
Y luego que los sirios descendieron a él, oró Eliseo a Jehová, y dijo: Te ruego que hieras con ceguera a esta gente. Y los hirió con ceguera, conforme a la palabra de Eliseo.
Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.
Porque he aquí están acechando mi vida; se han juntado contra mí poderosos, no por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová.
de la vista de los malos que me oprimen, de mis enemigos mortales que me rodean.
Porque mis enemigos hablan contra mí; y los que acechan mi alma, consultaron juntamente.
Pues sucedía que cuando Israel había sembrado, subían los madianitas, y los amalecitas, y aun los hijos de los orientales subían contra ellos;
Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo;
y con palabras de odio me rodearon; Y pelearon contra mí sin causa.
Levántate, oh Jehová, en tu ira; levántate a causa de la furia de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste.
En un instante habría yo derribado a sus enemigos, y vuelto mi mano sobre sus adversarios.
«Al Músico principal: Salmo de David» Escucha, oh Dios, mi voz en mi oración; guarda mi vida del miedo del enemigo.
Y pagando mal por bien me son contrarios, por seguir yo lo bueno.
Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus enemigos, la testa cabelluda del que camina en sus pecados.
Y por tu misericordia disipa a mis enemigos, y destruye a todos los adversarios de mi alma; porque yo soy tu siervo.
Se reúnen, se esconden, miran atentamente mis pasos, acechan mi vida.
mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí.
No temeré de diez millares de pueblos, que pusieren sitio contra mí.
Los buscarás, y no los hallarás, los que tienen contienda contigo, serán como nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen guerra.
Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; no será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.
Porque no me afrentó un enemigo, lo cual habría soportado; ni se alzó contra mí el que me aborrecía, porque me hubiera ocultado de él:
y los salvó de mano del enemigo, y los rescató de mano del adversario.
Que te salió al camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y fatigado; y no temió a Dios.
El que me libra de mis enemigos: Tú me enalteciste sobre los que se levantan contra mí; me has librado del hombre violento.
Ahora Jehová mi Dios me ha dado reposo por todas partes; de modo que ni hay adversarios ni mal que nos azote.
No tendrás temor de espanto nocturno, ni de saeta que vuele de día;
Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A Él sea gloria por siempre jamás. Amén.
Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá.
Y Jehová tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron.
Y partimos del río de Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios fue sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino.
Sin delito mío, corren y se aperciben; despierta para ayudarme, y mira.
Y la muchedumbre de tus extranjeros será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento.
Después miré, y me levanté, y dije a los principales y a los magistrados, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos: acordaos del Señor grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras esposas y por vuestras casas.