'Asuntos' en la Biblia
"Ahora, escúchame. Yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el representante del pueblo delante de Dios, y somete los asuntos a Dios.
Y el rey le dijo: `` ¿Por qué sigues hablando de tus asuntos? Yo he decidido: `Tú y Siba se repartirán las tierras.'"
y sus parientes, hombres valientes, {eran} 2,700 en número, jefes de {casas} paternas. Y el rey David los constituyó jefes sobre los Rubenitas, los Gaditas y la media tribu de Manasés para todos los asuntos de Dios y del rey.
{Esta es} la enumeración de los hijos de Israel, los jefes de {casas} paternas, los capitanes de miles y de cientos, y sus oficiales que servían al rey en todos los asuntos de las divisiones que entraban y salían, mes por mes durante todos los meses del año; cada división {tenía} 24,000.
"Amarías, el sumo sacerdote, presidirá sobre ustedes en todos los asuntos del SEÑOR, y Zebadías, hijo de Ismael, jefe de la casa de Judá, en todos los asuntos del rey. También los Levitas serán oficiales delante de ustedes. Sean valientes y obren {bien,} y sea el SEÑOR con el bueno."
Y Petaías, hijo de Mesezabeel, de los hijos de Zera, hijo de Judá, {era} representante del rey en todos los asuntos del pueblo.
Bien le va al hombre que se apiada y presta; Arreglará sus asuntos con juicio.
Si por causa del día de reposo apartas tu pie Para no hacer lo que te plazca en Mi día santo, Y llamas al día de reposo delicia, al {día} santo del SEÑOR, honorable, Y lo honras, no siguiendo tus caminos, Ni buscando tu placer, Ni hablando de {tus propios} asuntos,
Justo eres Tú, oh SEÑOR, cuando a Ti presento {mi} causa; En verdad asuntos de justicia voy a discutir contigo. ¿Por qué prospera el camino de los impíos {Y} viven en paz todos los que obran con perfidia?
Entonces los funcionarios y sátrapas buscaron un motivo para acusar a Daniel con respecto a los asuntos del reino. Pero no pudieron encontrar ningún motivo de acusación ni {evidencia alguna de} corrupción, por cuanto él era fiel, y ninguna negligencia ni corrupción {podía} hallarse en él.
Yo, Daniel, me sentí agotado y enfermo algunos días. Después me levanté y atendí los asuntos del rey; pero yo estaba espantado a causa de la visión, y no había nadie que {la} interpretara.