'Dos' en la Biblia
Y el segundo día, doce becerros de la vacada, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Y el día tercero, once becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Y el cuarto día, diez becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Y el quinto día, nueve becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Y el sexto día, ocho becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Y el séptimo día, siete becerros, dos carneros, catorce corderos de un año sin defecto;
Y en cuanto a personas, de mujeres que no habían conocido ayuntamiento de varón, en todas treinta y dos mil.
Y de los bueyes, treinta y seis mil: y de ellos el tributo para Jehová, setenta y dos.
Y de las personas, dieciséis mil: y de ellas el tributo para Jehová, treinta y dos personas.
Dos tribus y media tomaron su heredad a este lado del Jordán, frente a Jericó, al oriente, hacia el nacimiento del sol.
Luego mediréis fuera de la ciudad a la parte del oriente dos mil codos, y a la parte del sur dos mil codos, y a la parte del occidente dos mil codos, y a la parte del norte dos mil codos, y la ciudad en medio: esto tendrán por los ejidos de las ciudades.
Y de las ciudades que daréis a los levitas, seis ciudades serán de refugio, las cuales daréis para que el homicida se refugie allá; y además de éstas daréis cuarenta y dos ciudades.
También tomamos en aquel tiempo de mano de dos reyes amorreos que estaban de este lado del Jordán, la tierra desde el arroyo de Arnón hasta el monte de Hermón.
Mandé también a Josué en aquel tiempo, diciendo: Tus ojos vieron todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho a aquellos dos reyes; así hará Jehová a todos los reinos a los cuales pasarás tú.
Y Él os anunció su pacto, el cual os mandó poner por obra, los diez mandamientos; y los escribió en dos tablas de piedra.
Y poseyeron su tierra, y la tierra de Og rey de Basán; dos reyes de los amorreos que estaban de este lado del Jordán, hacia el nacimiento del sol:
Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz: y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.
y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito conforme a todas las palabras que os habló Jehová en el monte de en medio del fuego, el día de la asamblea.
Y fue al cabo de los cuarenta días y cuarenta noches, que Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del pacto.
Y volví y descendí del monte, el cual ardía en fuego, con las tablas del pacto en mis dos manos.
Entonces tomé las dos tablas, y las arrojé de mis dos manos, y las quebré delante de vuestros ojos.
En aquel tiempo Jehová me dijo: Lábrate dos tablas de piedra como las primeras, y sube a mí al monte, y hazte un arca de madera;
E hice un arca de madera de acacia, y labré dos tablas de piedra como las primeras, y subí al monte con las dos tablas en mi mano.
Y todo animal de pezuñas, que tiene hendidura de dos uñas, y que rumiare entre los animales, ese comeréis.
Por dicho de dos testigos, o de tres testigos, morirá el que hubiere de morir; no morirá por el dicho de un solo testigo.
No valdrá un solo testigo contra ninguno en cualquier delito ni en cualquier pecado, en cualquier pecado que se cometiere. En el testimonio de dos testigos, o en el testimonio de tres testigos consistirá el asunto.
entonces los dos hombres litigantes se presentarán delante de Jehová, delante de los sacerdotes y jueces que fueren en aquellos días.
Y si un hombre tuviere dos esposas, una amada y otra aborrecida, y la amada y la aborrecida le dieren hijos, y el hijo primogénito fuere de la aborrecida;
¿Cómo podría perseguir uno a mil, y dos hacer huir a diez mil, si su Roca no los hubiese vendido, y Jehová no los hubiera entregado?
Y Josué, hijo de Nun, envió desde Sitim dos espías secretamente, diciéndoles: Andad, reconoced la tierra, y a Jericó. Y ellos fueron, y entraron en casa de una mujer ramera que se llamaba Rahab, y posaron allí.
Pero la mujer había tomado los dos hombres, y los había escondido; y dijo: Verdad que hombres vinieron a mí, mas no supe de dónde eran.
Porque hemos oído que Jehová hizo secar las aguas del Mar Rojo delante de vosotros, cuando salisteis de Egipto, y lo que habéis hecho a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a los cuales habéis destruido.
Y volviéndose los dos varones, descendieron del monte, y pasaron, y vinieron a Josué hijo de Nun, y le contaron todas las cosas que les habían acontecido.
pero entre vosotros y ella habrá una distancia como de la medida de dos mil codos, no os acercaréis a ella; para que sepáis el camino por el cuál debéis ir, por cuanto vosotros no habéis pasado antes por este camino.
Mas Josué dijo a los dos hombres que habían reconocido la tierra: Entrad en casa de la mujer ramera, y haced salir de allá a la mujer, y a todo lo que fuere suyo, como lo jurasteis.
Y volviendo a Josué, le dijeron: No suba todo el pueblo, mas suban como dos mil o como tres mil hombres, y tomarán a Hai: no fatigues a todo el pueblo allí, porque son pocos.
y todo lo que hizo a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán; a Sehón rey de Hesbón, y a Og rey de Basán, que estaba en Astarot.
Porque a las dos tribus, y a la media tribu, Moisés les había dado heredad al otro lado del Jordán; mas a los levitas no dio heredad entre ellos.
Porque los hijos de José fueron dos tribus, Manasés y Efraín; y no dieron parte a los levitas en la tierra, sino ciudades en que morasen, con sus ejidos para sus ganados y rebaños.
Quiriat-baal, que es Quiriat-jearim y Rabá; dos ciudades con sus aldeas.
a Aín con sus ejidos, a Juta con sus ejidos, y a Bet-semes con sus ejidos; nueve ciudades de estas dos tribus.
Y de la media tribu de Manasés, a Taanac con sus ejidos, y a Gat-rimón con sus ejidos; dos ciudades.
A los hijos de Gersón de las familias de los levitas, dieron la ciudad de refugio para los homicidas, de la media tribu de Manasés; a Golán en Basán con sus ejidos, y a Beestera con sus ejidos; dos ciudades.
Y envié avispas delante de vosotros, las cuales echaron de delante de vosotros a los dos reyes de los amorreos; pero no con tu espada, ni con tu arco.
Y Aod se había hecho un puñal de dos filos, de un codo de largo; y se lo ciñó debajo de sus ropas sobre su muslo derecho.
¿Acaso no han hallado despojo, y lo están repartiendo? A cada uno una doncella, o dos; las prendas de colores para Sísara, las prendas bordadas de colores; la ropa de color bordada de ambos lados, para los cuellos de los que han tomado el despojo.
Y tomaron dos príncipes de los madianitas, Oreb y Zeeb: y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo mataron en el lagar de Zeeb: y después que siguieron a los madianitas, trajeron las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.
Y huyendo Zeba y Zalmuna, él los siguió; y capturó a los dos reyes de Madián, Zeba y Zalmuna, y atemorizó a todo el ejército.
Y Abimelec y el escuadrón que estaba con él, acometieron con ímpetu, y pararon a la entrada de la puerta de la ciudad; y los otros dos escuadrones acometieron contra todos los que estaban en el campo y los mataron.
Y además dijo a su padre: Permite que me sea hecho esto; deja que por dos meses vaya yo y descienda por los montes y llore mi virginidad, yo y mis compañeras.
Él entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.
Y aconteció que pasados los dos meses ella volvió a su padre, quien hizo con ella conforme a su voto que había hecho. Y ella nunca conoció varón.
entonces le decían: Ahora, pues, di Shibolet. Y él decía Sibolet; porque no podía pronunciarlo correctamente. Entonces le echaban mano, y le degollaban junto a los vados del Jordán. Y murieron entonces de los de Efraín cuarenta y dos mil.
Y fue Sansón y atrapó trescientas zorras, y tomando teas, y trabando aquéllas por las colas, puso entre cada dos colas una tea.
Y ellos le respondieron, diciendo: No, solamente te prenderemos, y te entregaremos en sus manos; mas no te mataremos. Entonces le ataron con dos cuerdas nuevas, y le hicieron venir de la peña.
Entonces Sansón dijo: Con la quijada de un asno, un montón, dos montones; Con la quijada de un asno herí mil hombres.
Mas Sansón durmió hasta la media noche; y a la media noche se levantó, y tomando las puertas de la ciudad con sus dos pilares y su cerrojo, se las echó al hombro, y se fue, y se subió con ellas a la cumbre del monte que está delante de Hebrón.
Entonces Sansón clamó a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos, por mis dos ojos.
Asió luego Sansón las dos columnas del medio sobre las cuales descansaba la casa, y estribó en ellas, la una con la mano derecha, y la otra con la izquierda;
Y se sentaron ellos dos juntos, y comieron y bebieron. Y el padre de la joven dijo al varón: Yo te ruego que te quieras quedar aquí esta noche, y se alegrará tu corazón.
Volviéndose luego, huyeron hacia el desierto, a la peña de Rimón, y de ellos recogieron cinco mil hombres en los caminos; y fueron persiguiéndolos aun hasta Gidom, y mataron de ellos dos mil hombres.
Y aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá, fue a peregrinar en los campos de Moab, él y su esposa, y sus dos hijos.
El nombre de aquel varón era Elimelec, y el de su esposa Noemí; y los nombres de sus dos hijos eran, Mahalón y Quilión, efrateos de Belén de Judá. Llegaron, pues, a los campos de Moab, y asentaron allí.
Y murió Elimelec, marido de Noemí, y quedó ella con sus dos hijos,
Y murieron también los dos, Mahalón y Quilión, quedando así la mujer desamparada de sus dos hijos y de su marido.
Salió, pues, del lugar donde había estado, y con ella sus dos nueras, y comenzaron a caminar para volverse a la tierra de Judá.
Y Noemí dijo a sus dos nueras: Andad, volveos cada una a la casa de su madre: Jehová haga con vosotras misericordia, como la habéis hecho con los muertos y conmigo.
Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén. Y aconteció que entrando en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?
Y tenía él dos esposas; el nombre de una era Ana, y el nombre de la otra Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía.
Y subía aquel varón todos los años de su ciudad, para adorar y ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová.
Y visitó Jehová a Ana, y concibió, y dio a luz tres hijos, y dos hijas. Y el joven Samuel crecía delante de Jehová.
Y te será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos, Ofni y Finees; ambos morirán en un día.
Y envió el pueblo a Silo, y trajeron de allá el arca del pacto de Jehová de los ejércitos, que estaba entre los querubines; y los dos hijos de Elí, Ofni y Finees, estaban allí con el arca del pacto de Dios.
Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees.
Y el mensajero respondió, y dijo: Israel huyó delante de los filisteos, y también fue hecha gran mortandad en el pueblo; y también tus dos hijos, Ofni y Finees, son muertos, y el arca de Dios fue tomada.
Y tornándose a levantar de mañana el siguiente día, he aquí que Dagón había caído postrado en tierra delante del arca de Jehová; y la cabeza de Dagón, y las dos palmas de sus manos estaban cortadas sobre el umbral, habiéndole quedado a Dagón el tronco solamente.
Haced, pues, ahora un carro nuevo, y tomad luego dos vacas que críen, a las cuales no haya sido puesto yugo, y uncid las vacas al carro, y haced volver sus becerros de detrás de ellas a casa.
Y aquellos hombres lo hicieron así; pues tomando dos vacas que criaban, las uncieron al carro, y encerraron en casa sus becerros.
Hoy, después que te hayas apartado de mí, hallarás dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el término de Benjamín, en Selsa, los cuales te dirán: Las asnas que habías ido a buscar, se han hallado; y he aquí que tu padre ha dejado ya el asunto de las asnas, y está angustiado por vosotros, diciendo: ¿Qué haré acerca de mi hijo?
y ellos te saludarán y te darán las dos tortas de pan, las cuales recibirás de sus manos.
Y el día siguiente dispuso Saúl el pueblo en tres escuadrones, y entraron en medio del campamento a la vigilia de la mañana, e hirieron a los amonitas hasta que el día calentaba; y los que quedaron fueron dispersos, tal que no quedaron dos de ellos juntos.
Y Saúl reinó un año; y cuando hubo reinado dos años sobre Israel,
Saúl escogió para sí tres mil hombres de Israel; dos mil estuvieron con Saúl en Micmas y en el monte de Betel, y mil estuvieron con Jonatán en Gabaa de Benjamín; y envió al resto del pueblo, cada uno a sus tiendas.
Y los hijos de Saúl fueron Jonatán, Isúi, y Malquisúa. Y éstos eran los nombres de sus dos hijas; el nombre de la mayor, Merab, y el de la menor, Mical.
Y mientras él hablaba con ellos, he aquí aquel adalid que se ponía en medio de los dos campamentos, que se llamaba Goliat, el filisteo de Gat, salió de los escuadrones de los filisteos, y habló las mismas palabras; y David las oyó.
Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré a David en la pared. Pero David lo evadió dos veces.
Y Saúl dijo: Yo se la daré, para que le sea por lazo, y para que la mano de los filisteos sea contra él. Dijo, pues, Saúl a David: Hoy serás mi yerno en una de las dos.
Entonces Abigail tomó luego doscientos panes, y dos odres de vino, y cinco ovejas guisadas, y cinco medidas de grano tostado, y cien tortas de pasas, y doscientos panes de higos secos, y los cargó en asnos.
También tomó David a Ahinoam de Jezreel, y ambas dos fueron sus esposas.
Y moró David con Aquís en Gat, él y sus hombres, cada uno con su familia: David con sus dos esposas, Ahinoam jezreelita, y Abigail, la que fue esposa de Nabal el del Carmelo.
Y Saúl se disfrazó poniéndose otra ropa, y se fue con dos hombres, y vinieron de noche a aquella mujer; y él dijo: Yo te ruego que me adivines por el espíritu de pitón, y me hagas subir a quien yo te dijere.
Las dos esposas de David, Ahinoam jezreelita y Abigail la que fue esposa de Nabal del Carmelo, también eran cautivas.
Le dieron también un pedazo de masa de higos secos, y dos tortas de pasas. Y luego que comió, volvió en él su espíritu; porque no había comido pan ni bebido agua en tres días y tres noches.
Y David recobró todo lo que los amalecitas habían tomado, y también rescató David a sus dos esposas.
Y aconteció después de la muerte de Saúl, que vuelto David de derrotar a los amalecitas, estuvo dos días en Siclag:
Y David subió allá, y con él sus dos esposas, Ahinoam jezreelita y Abigail, la esposa de Nabal el del Carmelo.
De cuarenta años era Isboset hijo de Saúl, cuando comenzó a reinar sobre Israel; y reinó dos años. Pero la casa de Judá siguió a David.
Y el hijo de Saúl tenía dos varones, los cuales eran capitanes de compañía, el nombre de uno era Baana, y el del otro Recab, hijos de Rimón beerotita, de los hijos de Benjamín (porque Beerot era contada con Benjamín;
Hirió también a los de Moab, y los midió con cordel, haciéndolos echar por tierra; y midió con dos cordeles para muerte, y un cordel entero para vida; y los moabitas vinieron a ser siervos de David, y le traían tributos.
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