'Guarda' en la Biblia

Subió destruidor contra ti; guarda la fortaleza, mira el camino, fortifica los lomos, fortalece mucho la fuerza.

Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza estaré firme; y velaré para ver qué habrá de decirme, y qué habré de responder cuando yo sea reprendido.

Y Él le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino uno, Dios. Y si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos.

Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee.

¿No os dio Moisés la ley, y ninguno de vosotros guarda la ley? ¿Por qué procuráis matarme?

De cierto, de cierto os digo, si alguno guarda mi palabra, jamás verá muerte.

Entonces los judíos le dijeron: Ahora conocemos que tienes demonio. Abraham murió, y los profetas; y tú dices: El que guarda mi palabra, jamás probará muerte.

Entonces unos de los fariseos decían: Este hombre no es de Dios, pues no guarda el sábado. Otros decían: ¿Cómo puede un hombre pecador hacer tales milagros? Y había disensión entre ellos.

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, éste es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.

De manera que si el incircunciso guarda la justicia de la ley, ¿no será su incircuncisión contada como circuncisión?

Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas y vanas discusiones, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia;

Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros.

El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;

pero el que guarda su palabra, verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado en él; por esto sabemos que estamos en Él.

Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Él, y Él en él. Y en esto sabemos que Él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado.

Sabemos que cualquiera que es nacido de Dios, no peca, porque el que es engendrado de Dios, se guarda a sí mismo, y el maligno no le toca.

He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, y guarda sus vestiduras, para que no ande desnudo, y vean su vergüenza.

He aquí, yo vengo pronto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.