Yo recitaré el decreto. El SEÑOR me ha dicho: Mi hijo eres tú; yo te engendré hoy.

Besad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino, cuando se encendiere de aquí a poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.

Salmo de David, cuando huía de adelante de Absalom su hijo. ­OH Jehová, cuánto se han multiplicado mis enemigos! Muchos se levantan contra mí.

Sigaión de David, que cantó á Jehová sobre las palabras de Cus, hijo de Benjamín. JEHOVA Dios mío, en ti he confiado: Sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;

¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites?

Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre ponías infamia.

Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.

Aquí terminan las oraciones de David, hijo de Jessé.

La cepa que Tu diestra ha plantado Y el hijo que para Ti has fortalecido.

Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, sobre el hijo del hombre que corroboraste para ti.

mira en mí, y ten misericordia de mí; da fortaleza tuya a tu siervo, y guarda al hijo de tu sierva.

No lo sujetará enemigo, ni hijo de iniquidad lo quebrantará.

Así es oh SEÑOR, porque yo soy tu siervo, yo soy tu siervo, hijo de tu sierva; tú rompiste mis prisiones.

Oh SEÑOR, ¿qué es el hombre, que lo conoces? ¿O el hijo del hombre, para que lo estimes?

No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.