'Lea' en la Biblia
Y Labán tenía dos hijas: el nombre de la mayor era Lea, y el nombre de la menor, Raquel.
Y los ojos de Lea eran tiernos, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
Y sucedió que a la noche tomó a Lea su hija, y se la trajo; y él entró a ella.
Y dio Labán su sierva Zilpa a su hija Lea por criada.
Y venida la mañana, he aquí que era Lea; y él dijo a Labán: ¿Qué es esto que me has hecho? ¿No te he servido por Raquel? ¿Por qué, pues, me has engañado?
Y entró también a Raquel; y la amó también más que a Lea; y sirvió con él aún otros siete años.
Y vio el SEÑOR que Lea era aborrecida, y abrió su matriz; pero Raquel era estéril.
Y concibió Lea, y dio a luz un hijo, y llamó su nombre Rubén, porque dijo: Porque vio el SEÑOR mi aflicción; ahora, por tanto, me amará mi marido.
Y viendo Lea que había dejado de dar a luz, tomó a Zilpa su sierva, y la dio a Jacob por mujer.
Y Zilpa, sierva de Lea, dio a luz un hijo a Jacob.
Y dijo Lea: Vino la buena ventura. Y llamó su nombre Gad.
Y Zilpa, la sierva de Lea, dio a luz otro hijo a Jacob.
Y dijo Lea: Para hacerme bienaventurada; porque las mujeres me dirán bienaventurada; y llamó su nombre Aser.
Y fue Rubén en tiempo de la siega de los trigos, y halló mandrágoras en el campo, y las trajo a Lea su madre; y dijo Raquel a Lea: Te ruego que me des de las mandrágoras de tu hijo.
Y cuando Jacob volvía del campo a la tarde, salió Lea a él, y le dijo: A mí has de entrar, porque a la verdad te he alquilado por las mandrágoras de mi hijo. Y durmió con ella aquella noche.
Y oyó Dios a Lea; y concibió, y dio a luz el quinto hijo a Jacob.
Y dijo Lea: Dios me ha dado mi salario, por cuanto di mi sierva a mi marido; por eso llamó su nombre Isacar.
Y concibió Lea otra vez, y dio a luz el sexto hijo a Jacob.
Y dijo Lea: Dios me ha dado buena dádiva; ahora morará conmigo mi marido, porque le he dado a luz seis hijos; y llamó su nombre Zabulón.
Y envió Jacob, y llamó a Raquel y a Lea al campo a sus ovejas,
Y respondió Raquel y Lea, y le dijeron: ¿Tenemos acaso parte o heredad en la casa de nuestro padre?
Y entró Labán en la tienda de Jacob, y en la tienda de Lea, y en la tienda de las dos siervas, y no los halló, y salió de la tienda de Lea, y vino a la tienda de Raquel.
Y alzando Jacob sus ojos miró, y he aquí venía Esaú, y los cuatrocientos hombres con él; entonces repartió él los niños entre Lea y Raquel y las dos siervas.
Y puso las siervas y sus niños delante; luego a Lea y a sus niños; y a Raquel y a José los postreros.
Y vino Lea con sus niños, y se inclinaron; y después llegó José y Raquel, y también se inclinaron.
Y salió Dina la hija de Lea, la cual ésta había dado a luz a Jacob, a ver las doncellas de la tierra.
Mas su alma se apegó á Dina la hija de Lea, y enamoróse de la moza, y habló al corazón de la joven.
Los hijos de Lea: Rubén el primogénito de Jacob, y Simeón, y Leví, y Judá, e Isacar, y Zabulón.
Y los hijos de Zilpa, sierva de Lea: Gad, y Aser. Estos fueron los hijos de Jacob, que le nacieron en Padan-aram.
Estos fueron los hijos de Lea, los que dio a luz a Jacob en Padan-aram, y además su hija Dina; treinta y tres las almas todas de sus hijos e hijas.
Estos fueron los hijos de Zilpa, la que Labán dio a su hija Lea, y dio a luz éstos a Jacob; dieciséis almas.
Allí sepultaron a Abraham y a Sara su mujer; allí sepultaron a Isaac y a Rebeca su mujer; allí también sepulté yo a Lea.
Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. El SEÑOR haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y tengas nombradía en Belén;
Entonces el SEÑOR me respondió, y dijo: Escribe la visión y grába{la} en tablas, para que corra el que la lea.
Por tanto, cuando veáis la ABOMINACION DE LA DESOLACION, de que se habló por medio del profeta Daniel, colocada en el lugar santo (el que lea, que entienda),
Mas cuando veáis la ABOMINACION DE LA DESOLACION puesta donde no debe estar (el que lea, que entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes;
Y cuando esta epístola haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia de los laodicenses; y que la epístola de Laodicea la leáis también vosotros.
Os encargo solemnemente por el Señor que se lea esta carta a todos los hermanos.