'Llevó' en la Biblia
Me llevó luego a la puerta del norte, y {la} midió conforme a aquellas mismas medidas,
Me llevó después al pórtico del templo y midió {cada} pilar del pórtico, cinco codos por un lado y cinco por el otro; y la anchura de la puerta, tres codos por un lado y tres codos por el otro.
Entonces me llevó a la nave y midió los pilares; seis codos de ancho por un lado y seis codos de ancho por el otro {era} la anchura de cada pilar.
Luego me sacó al atrio exterior, hacia el norte, y me llevó a la cámara que {estaba} frente a la zona separada y frente al edificio hacia el norte.
Entonces me llevó a la puerta, la puerta que mira hacia el oriente;
Y el Espíritu me levantó y me llevó al atrio interior, y he aquí, la gloria del SEÑOR llenó el templo.
Luego me llevó por el camino de la puerta del norte al frente del templo; miré, y he aquí, la gloria del SEÑOR llenaba la casa del SEÑOR, y me postré sobre mi rostro.
Después me llevó por la entrada que {estaba} al lado de la puerta, a las cámaras sagradas de los sacerdotes que daban al norte; y he aquí, {había} allí un lugar al fondo, hacia el occidente.
Entonces me sacó al atrio exterior y me llevó por los cuatro ángulos del atrio; y he aquí, en cada ángulo del atrio {había} un atrio {pequeño.}
Entonces me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Me llevó y me hizo volver a la orilla del río.
Y el Señor entregó en sus manos a Joacim, rey de Judá, y algunos de los utensilios de la casa de Dios; los llevó a la tierra de Sinar, a la casa de su dios, colocando los utensilios en la casa del tesoro de su dios.
Entonces fueron desmenuzados, todos a la vez, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; quedaron como el tamo de las eras en verano, y el viento se los llevó sin que quedara rastro alguno de ellos. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte que llenó toda la tierra.
Entonces el diablo le llevó* a la ciudad santa, y le puso sobre el pináculo del templo,
Otra vez el diablo le llevó* a un monte muy alto, y le mostró* todos los reinos del mundo y la gloria de ellos,
para que se cumpliera lo que fue dicho por medio del profeta Isaías cuando dijo: EL MISMO TOMO NUESTRAS FLAQUEZAS Y LLEVO NUESTRAS ENFERMEDADES.
Y trajeron su cabeza en una bandeja y se la dieron a la muchacha, y ella {se la} llevó a su madre.
Seis días después, Jesús tomó* consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó* aparte a un monte alto;
y no comprendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos; así será la venida del Hijo del Hombre.
Y les decía estas palabras claramente. Y Pedro le llevó aparte y comenzó a reprenderle.
Seis días después, Jesús tomó* consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y los llevó* aparte, solos, a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos;
Entonces {el diablo} le llevó a Jerusalén y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, lánzate abajo desde aquí,
y acercándose, le vendó sus heridas, derramando aceite y vino sobre {ellas;} y poniéndolo sobre su propia cabalgadura, lo llevó a un mesón y lo cuidó.
Después de estas cosas, José de Arimatea, que era discípulo de Jesús, aunque en secreto por miedo a los judíos, pidió {permiso} a Pilato para llevarse el cuerpo de Jesús. Y Pilato concedió el permiso. Entonces él vino, y se llevó el cuerpo de Jesús.
Después de él, se levantó Judas de Galilea en los días del censo, y llevó {mucha} gente tras sí; él también pereció, y todos los que lo seguían se dispersaron.
Después de ser abandonado {para morir,} la hija de Faraón se lo llevó y lo crió como su propio hijo.
Por tanto, por esta razón he pedido veros y hablaros, porque por causa de la esperanza de Israel llevo esta cadena.
De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús.
conforme al propósito eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor,
Por tanto, dice: CUANDO ASCENDIO A LO ALTO, LLEVO CAUTIVA UNA HUESTE DE CAUTIVOS, Y DIO DONES A LOS HOMBRES.
Es justo que yo sienta esto acerca de todos vosotros, porque os llevo en el corazón, pues tanto en mis prisiones como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois participantes conmigo de la gracia.
y El mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados.
Y me llevó en el Espíritu a un desierto; y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata, llena de nombres blasfemos, y que tenía siete cabezas y diez cuernos.
Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,