'Mortandad' en la Biblia
Mas ruego ahora que perdones mi pecado solamente esta vez, y que oréis a Jehová vuestro Dios que quite de mí solamente esta mortandad.
Y esta sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y cuando yo viere aquella sangre, pasaré por vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad, cuando hiera la tierra de Egipto.
Cuando tomares el número de los hijos de Israel conforme a la cuenta de ellos, cada uno dará al SEÑOR el rescate de su alma, cuando los contares, y no habrá en ellos mortandad por haberlos contado.
Yo los heriré de mortandad, y no les daré herencia, y de ti haré una nación más grande y más fuerte que ellos.
Y dijo Moisés a Aarón: Toma el incensario, y pon en él fuego del altar, y sobre él pon incienso, y ve presto a la congregación, y reconcílialos; porque el furor ha salido de delante de la faz del SEÑOR; la mortandad ha comenzado.
Entonces tomó Aarón su incensario, como Moisés dijo, y corrió en medio de la congregación; y he aquí que la mortandad había comenzado en el pueblo; y él puso incienso, y reconcilió el pueblo.
Y se puso entre los muertos y los vivos, y la mortandad cesó.
Y los que murieron de aquella mortandad fueron catorce mil setecientos, sin los muertos por el negocio de Coré.
Después se volvió Aarón a Moisés a la puerta del tabernáculo del testimonio, cuando la mortandad había cesado.
y fue tras el varón de Israel a la tienda, y los alanceó a ambos, al varón de Israel, y a la mujer por su vientre. Y cesó la mortandad de los hijos de Israel.
Y murieron de aquella mortandad veinticuatro mil.
por cuanto ellos os afligieron a vosotros con sus engaños, con que os han engañado en el negocio de Peor, y en el negocio de Cozbi, hija del príncipe de Madián, su hermana, la cual fue muerta el día de la mortandad por causa de Peor.
Y aconteció después de la mortandad, que el SEÑOR habló a Moisés, y a Eleazar hijo del sacerdote Aarón, diciendo:
He aquí, ellas fueron a los hijos de Israel, por consejo de Balaam, para causar prevaricación contra el SEÑOR en el negocio de Peor; por lo que hubo mortandad en la congregación del SEÑOR.
El SEÑOR hará que se te pegue mortandad, hasta que te consuma de la tierra a la cual entras para heredarla.
Y el SEÑOR los turbó delante de Israel, y los hirió con gran mortandad en Gabaón; y los siguió por el camino que sube a Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y Maceda.
Y aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel acabaron de herirlos con mortandad muy grande, hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fuertes.
¿Nos ha sido poco la iniquidad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta este día, por la cual fue la mortandad en la congregación del SEÑOR?
Y los hirió pierna y muslo con gran mortandad; y descendió, y asentó en la cueva de la peña de Etam.
Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie.
Y el mensajero respondió, y dijo: Israel huyó delante de los filisteos, y también fue hecha gran mortandad en el pueblo; y también tus dos hijos, Ofni y Finees, murieron, y el arca de Dios fue tomada.
{El Señor} hirió a los hombres de Bet-semes porque habían mirado dentro del arca del SEÑOR. De todo el pueblo hirió a cincuenta mil setenta hombres, y el pueblo lloró porque el SEÑOR había herido al pueblo con gran mortandad.
Y juntando Saúl todo el pueblo que con él estaba, vinieron hasta el lugar de la batalla; y he aquí que la espada de cada uno era vuelta contra su compañero, y la mortandad era grande.
Y David y sus hombres fueron a Keila y pelearon contra los filisteos; y él se llevó sus ganados y los hirió con gran mortandad. Así libró David a los habitantes de Keila.
Y Arauna dijo: ¿Por qué viene mi señor el rey a su siervo? Y David respondió: Para comprar de ti esta era, para edificar en ella altar al SEÑOR, a fin de que la mortandad cese del pueblo.
Y Abías y su pueblo hacían en ellos gran mortandad; y cayeron heridos de Israel quinientos mil hombres escogidos.
Por lo cual el SEÑOR su Dios lo entregó en manos del rey de los sirios, los cuales le derrotaron, y cogieron de él una gran presa, que llevaron a Damasco. Fue también entregado en manos del rey de Israel, el cual le hirió con gran mortandad.
E hirieron los judíos a todos sus enemigos con plaga de espada, de mortandad, y de perdición; e hicieron en sus enemigos a su voluntad.
Dispuso el camino a su furor; no eximió el alma de ellos de la muerte, sino que entregó su vida a la mortandad.
Y él te librará del lazo del cazador; de la mortandad que todo asuela.
ni de pestilencia que ande en oscuridad, ni de mortandad que destruya al mediodía.
Y ensañaron a Dios con sus obras, y aumentó la mortandad en ellos.
Entonces se puso Finees, y juzgó; y se detuvo la mortandad.
De la mano del Seol los rescataré, de la muerte los libraré. Oh muerte, yo seré tu mortandad; y seré tu destrucción, oh Seol; arrepentimiento será escondido de mis ojos.
Envié entre vosotros mortandad en el camino a Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, quité vuestros caballos; e hice subir el hedor de vuestros reales hasta vuestras narices; y nunca os tornasteis a mí, dijo el SEÑOR.
Delante de su rostro iba mortandad, y de sus pies salían carbones encendidos.
Y miré, y he aquí un caballo verde; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.