'Sus' en la Biblia
- 1.Gé 2:21-Gé 36:6
- 2.Gé 36:7-Éx 1:11
- 3.Éx 1:16-Éx 28:7
- 4.Éx 28:10-Éx 40:18
- 5.Éx 40:31-Levítico 25:11
- 6.Levítico 25:30-Números 7:2
- 7.Números 7:3-Números 28:31
- 8.Números 29:6-Deuteronomio 24:7
- 9.Deuteronomio 25:11-Josué 15:1
- 10.Josué 15:12-Josué 24:10
- 11.Jueces 1:2-1 Samuel 1:13
- 12.1 Samuel 2:9-1 Samuel 31:7
- 13.1 Samuel 31:8-1 Reyes 8:50
- 14.1 Reyes 8:54-2 Reyes 9:2
- 15.2 Reyes 9:11-1 Crónicas 5:13
- 16.1 Crónicas 5:15-1 Crónicas 16:13
- 17.1 Crónicas 16:14-2 Crónicas 11:13
- 18.2 Crónicas 11:14-2 Crónicas 34:19
- 19.2 Crónicas 34:25-Nehemías 7:5
- 20.Nehemías 7:61-Job 15:32
- 21.Job 15:35-Job 42:11
- 22.Job 42:15-Salmos 72:9
- 23.Salmos 72:14-Salmos 105:45
- 24.Salmos 106:2-Proverbios 2:18
- 25.Proverbios 3:14-Eclesiastés 10:17
- 26.Eclesiastés 12:13-Isaías 31:2
- 27.Isaías 31:3-Jeremías 3:24
- 28.Jeremías 4:13-Jeremías 30:18
- 29.Jeremías 30:20-Jeremías 51:30
- 30.Jeremías 51:39-Ezequiel 14:20
- 31.Ezequiel 14:22-Ezequiel 29:7
- 32.Ezequiel 29:12-Ezequiel 48:16
- 33.Ezequiel 48:29-Oseas 13:8
- 34.Oseas 13:15-Zacarías 11:5
- 35.Zacarías 11:6-Mateo 23:5
- 36.Mateo 23:37-Marcos 16:7
- 37.Marcos 16:18-Juan 5:47
- 38.Juan 6:2-Hechos 15:18
- 39.Hechos 15:26-Hebreos 10:13
- 40.Hebreos 10:16-Apocalipsis 18:19
- 41.Apocalipsis 19:2-Apocalipsis 22:14
¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste!
Y cuando Jesús salió del templo y se iba, vinieron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo.
Y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
y comenzare a golpear a sus compañeros, y aun a comer y a beber con los borrachos,
Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
Las insensatas, tomaron sus lámparas, no tomando consigo aceite.
Mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus lámparas.
Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y aderezaron sus lámparas.
Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes.
Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Y aconteció que cuando Jesús hubo acabado todas estas palabras, dijo a sus discípulos:
Al ver esto sus discípulos, se indignaron, diciendo: ¿Por qué este desperdicio?
Y mientras comían, Jesús tomó el pan, y lo bendijo, y lo partió y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.
Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.
Y vino a sus discípulos y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que, no habéis podido velar conmigo una hora?
Entonces vino a sus discípulos y les dijo: Dormid ya, y descansad; he aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores.
Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora habéis oído su blasfemia.
Y después que le hubieron escarnecido, le quitaron el manto, y poniéndole sus vestiduras, le llevaron para crucificarle.
Y después que le hubieron crucificado, repartieron sus vestiduras, echando suertes; para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta: Repartieron entre sí mis vestiduras, y sobre mi ropa echaron suertes.
Y los que pasaban le injuriaban, meneando sus cabezas,
Manda, pues, que se asegure el sepulcro hasta el tercer día; no sea que vengan sus discípulos de noche, y le hurten, y digan al pueblo: Resucitó de los muertos. Y será el postrer error peor que el primero.
E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, he aquí, os lo he dicho.
Y ellas, saliendo aprisa del sepulcro, con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos.
Y mientras iban a dar las nuevas a sus discípulos, he aquí, Jesús les sale al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron.
diciendo: Decid: Sus discípulos vinieron de noche, mientras dormíamos, y lo hurtaron.
Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor: Enderezad sus sendas.
Y salía a él toda la provincia de Judea, y los de Jerusalén, y eran todos bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
Y Juan estaba vestido de pelo de camello, y portaba un cinto de cuero alrededor de sus lomos; y comía langostas y miel silvestre.
Y dejando al instante sus redes, le siguieron.
Y pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, que estaban también en la barca remendando sus redes.
Y estaban sentados allí unos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones:
Y aconteció que estando Jesús a la mesa en su casa, muchos publicanos y pecadores estaban también a la mesa con Jesús y sus discípulos; porque eran muchos, y le seguían.
Y los escribas y los fariseos, viéndole comer con los publicanos y los pecadores, dijeron a sus discípulos: ¿Qué es esto, que Él come y bebe con publicanos y pecadores?
Y aconteció que pasando Él por los sembrados en sábado, sus discípulos, andando, comenzaron a arrancar espigas.
Entonces mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y su mano le fue restaurada sana como la otra.
Mas Jesús se retiró al mar con sus discípulos, y le siguió una gran multitud de Galilea, y de Judea,
Y dijo a sus discípulos que le tuviesen siempre apercibida una barca, por causa de la multitud, para que no le oprimiesen.
Nadie puede entrar en la casa del hombre fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte, y entonces podrá saquear su casa.
Entonces vienen sus hermanos y su madre, y estando afuera, envían a Él, llamándole.
para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan y les sean perdonados sus pecados.
Y éstos son los de junto al camino; en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás y quita la palabra que fue sembrada en sus corazones.
Y sin parábola no les hablaba, mas a sus discípulos en privado les aclaraba todas las cosas.
Y comenzaron a rogarle que se fuera de sus contornos.
Y he aquí, vino uno de los príncipes de la sinagoga llamado Jairo, y luego que le vio, se postró a sus pies,
Y le dijeron sus discípulos: Ves que la multitud te aprieta, y dices: ¿Quién me ha tocado?
Y salió Él de allí y vino a su tierra, y le siguieron sus discípulos.
Y llegado el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos, oyéndole, estaban atónitos, diciendo: ¿De dónde tiene Éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es ésta que le es dada, que tales maravillas son hechas por sus manos?
¿No es Éste el carpintero, el hijo de María, hermano de Jacobo, y de José, y de Judas y de Simón? ¿No están también aquí con nosotros sus hermanas? Y se escandalizaban de Él.
Mas Jesús les dijo: No hay profeta sin honra sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
Y no pudo hacer allí una gran obra, salvo que sanó a unos pocos enfermos, poniendo sus manos sobre ellos.
Pero viniendo un día oportuno, en que Herodes, en su cumpleaños, hizo una cena a sus príncipes y tribunos y a los principales de Galilea;
Y cuando oyeron esto sus discípulos, vinieron y tomaron el cuerpo y lo pusieron en un sepulcro.
Y cuando el día era ya muy avanzado, sus discípulos se acercaron a Él y le dijeron: El lugar es desierto, y la hora ya muy avanzada.
Entonces tomó los cinco panes y los dos peces, y alzando los ojos al cielo, bendijo y partió los panes, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante de ellos; y repartió los dos peces entre todos.
Y en seguida hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de Él al otro lado, a Betsaida, entre tanto que Él despedía a la multitud.
Porque aún no habían entendido el milagro de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus corazones.
Y cuando vieron a algunos de sus discípulos comer pan con manos inmundas, es decir, no lavadas, los condenaban.
Y apartado de la multitud, habiendo entrado en casa, sus discípulos le preguntaron acerca de la parábola.
Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, oyendo de Él, vino y se postró a sus pies.
Y tomándole aparte de la multitud, metió sus dedos en las orejas de él, y escupiendo, tocó su lengua;
Y al instante sus oídos fueron abiertos, y fue suelta la atadura de su lengua, y hablaba bien.
En aquellos días, siendo tan grande la multitud, y no teniendo qué comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
y si los envío en ayunas a sus casas, desmayarán en el camino; porque algunos de ellos han venido de lejos.
Y sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?
Entonces mandó a la multitud que se sentase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud.
Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta.
Entonces tomando de la mano al ciego, lo condujo fuera de la aldea; y escupiendo en sus ojos, y poniendo sus manos sobre él, le preguntó si veía algo.
Luego le puso otra vez las manos sobre sus ojos, y le hizo que mirase; y fue restablecido, y vio de lejos y claramente a todos.
Y salieron Jesús y sus discípulos por las aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que soy yo?
Pero Él, volviéndose y mirando a sus discípulos, reprendió a Pedro, diciendo: Quítate de delante de mí, Satanás; porque no piensas en las cosas de Dios, sino en las de los hombres.
Y llamando a la multitud y a sus discípulos, les dijo: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.
Y sus vestiduras se volvieron resplandecientes, tan blancas como la nieve; tanto que ningún lavador en la tierra las puede hacer tan blancas.
Y cuando vino a sus discípulos, vio una gran multitud alrededor de ellos, y escribas que disputaban con ellos.
Y cuando Él entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?
Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del Hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; pero después de muerto, resucitará al tercer día.
Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo:
Y en casa sus discípulos volvieron a preguntarle de lo mismo.
Y tomándolos en sus brazos, poniendo sus manos sobre ellos, los bendecía.
Entonces Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino de Dios los que tienen riquezas!
Y los discípulos se asombraron de sus palabras. Pero Jesús, respondiendo otra vez, les dijo: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, a los que confían en las riquezas!
Entonces vinieron a Jericó; y saliendo Él de Jericó, con sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
Y cuando llegaron cerca de Jerusalén a Betfagé y a Betania, al monte de los Olivos, Él envió a dos de sus discípulos,
Y trajeron el pollino a Jesús, y echaron sobre él sus mantos, y se sentó sobre él.
Y muchos tendían sus mantos sobre el camino, y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino.
Entonces Jesús respondiendo, dijo a la higuera: Nunca más coma nadie fruto de ti, por siempre. Y sus discípulos lo oyeron.
Entonces llamando a sus discípulos, les dijo: De cierto os digo que esta viuda pobre echó más que todos los que han echado en el arca;
Y saliendo Él del templo, le dijo uno de sus discípulos: Maestro, mira qué piedras, y qué edificios.
Y entonces enviará sus ángeles, y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
Porque el Hijo del Hombre es como el hombre que partió lejos, el cual dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
Y el primer día de los panes sin levadura, cuando sacrificaban la pascua, sus discípulos le dijeron: ¿Dónde quieres que vayamos y preparemos para que comas la pascua?
Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle,
Y fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como Él les había dicho, y prepararon la pascua.
Y vinieron al lugar que se llama Getsemaní; y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro.
Porque muchos decían falso testimonio contra Él; pero sus testimonios no concordaban.
Y había uno que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín, que habían cometido homicidio en una insurrección.
Y cuando le hubieron escarnecido, le desnudaron la púrpura, y le pusieron sus propias vestiduras, y le sacaron para crucificarle.
Y cuando le hubieron crucificado, repartieron sus vestiduras echando suertes sobre ellas, para ver qué llevaría cada uno.
Y los que pasaban le injuriaban, meneando sus cabezas y diciendo: ¡Ah! Tú que derribas el templo de Dios y en tres días lo reedificas,
Pero id, decid a sus discípulos y a Pedro, que Él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.
Resutados de la Búsqueda continuados...
- 1.Gé 2:21-Gé 36:6
- 2.Gé 36:7-Éx 1:11
- 3.Éx 1:16-Éx 28:7
- 4.Éx 28:10-Éx 40:18
- 5.Éx 40:31-Levítico 25:11
- 6.Levítico 25:30-Números 7:2
- 7.Números 7:3-Números 28:31
- 8.Números 29:6-Deuteronomio 24:7
- 9.Deuteronomio 25:11-Josué 15:1
- 10.Josué 15:12-Josué 24:10
- 11.Jueces 1:2-1 Samuel 1:13
- 12.1 Samuel 2:9-1 Samuel 31:7
- 13.1 Samuel 31:8-1 Reyes 8:50
- 14.1 Reyes 8:54-2 Reyes 9:2
- 15.2 Reyes 9:11-1 Crónicas 5:13
- 16.1 Crónicas 5:15-1 Crónicas 16:13
- 17.1 Crónicas 16:14-2 Crónicas 11:13
- 18.2 Crónicas 11:14-2 Crónicas 34:19
- 19.2 Crónicas 34:25-Nehemías 7:5
- 20.Nehemías 7:61-Job 15:32
- 21.Job 15:35-Job 42:11
- 22.Job 42:15-Salmos 72:9
- 23.Salmos 72:14-Salmos 105:45
- 24.Salmos 106:2-Proverbios 2:18
- 25.Proverbios 3:14-Eclesiastés 10:17
- 26.Eclesiastés 12:13-Isaías 31:2
- 27.Isaías 31:3-Jeremías 3:24
- 28.Jeremías 4:13-Jeremías 30:18
- 29.Jeremías 30:20-Jeremías 51:30
- 30.Jeremías 51:39-Ezequiel 14:20
- 31.Ezequiel 14:22-Ezequiel 29:7
- 32.Ezequiel 29:12-Ezequiel 48:16
- 33.Ezequiel 48:29-Oseas 13:8
- 34.Oseas 13:15-Zacarías 11:5
- 35.Zacarías 11:6-Mateo 23:5
- 36.Mateo 23:37-Marcos 16:7
- 37.Marcos 16:18-Juan 5:47
- 38.Juan 6:2-Hechos 15:18
- 39.Hechos 15:26-Hebreos 10:13
- 40.Hebreos 10:16-Apocalipsis 18:19
- 41.Apocalipsis 19:2-Apocalipsis 22:14