'Tengo' en la Biblia
Y también yo mismo tengo confianza de vosotros, hermanos míos, que también vosotros estáis llenos de bondad, llenos de todo conocimiento, de manera que podéis amonestaros los unos a los otros.
Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que a Dios toca.
Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por juicio humano; y ni aun yo mismo me juzgo.
Porque de nada tengo mala conciencia, mas no por eso soy justificado; pero el que me juzga es el Señor.
En cuanto a las vírgenes no tengo mandamiento del Señor; mas doy mi parecer, como quien ha alcanzado misericordia del Señor para ser fiel.
Tengo, pues, esto por bueno a causa de la necesidad que apremia; que bueno es al hombre quedarse así.
Pero a mi parecer, será más dichosa si se queda así; y pienso que también yo tengo el Espíritu de Dios.
Porque aunque predico el evangelio, no tengo de qué gloriarme porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no predico el evangelio!
Y el ojo no puede decir a la mano: No te necesito: Ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.
Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo caridad, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe.
Y si tuviese el don de profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo caridad, nada soy.
Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo caridad, de nada me sirve.
Os aseguro por la gloria que de vosotros tengo en Cristo Jesús Señor nuestro, que cada día muero.
Y vendré a vosotros, cuando hubiere pasado por Macedonia, pues por Macedonia tengo que pasar.
Porque por la mucha tribulación y angustia del corazón os escribí con muchas lágrimas; no para que fueseis contristados, sino para que supieseis cuán grande amor tengo para con vosotros.
Me gozo de que en todo tengo confianza en vosotros.
Y enviamos con ellos a nuestro hermano, la diligencia del cual hemos comprobado muchas veces en muchas cosas, y ahora mucho más diligente por la mucha confianza que tengo en vosotros.
Lo digo en cuanto a la afrenta, como si nosotros hubiésemos sido débiles. Pero en lo que otro tuviere osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía.
Como me es justo sentir esto de todos vosotros, por cuanto os tengo en mi corazón; y en mis prisiones, como en la defensa y confirmación del evangelio, todos vosotros sois partícipes de mi gracia.
porque a ninguno tengo del mismo ánimo, que sinceramente se interese por vosotros.
Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne, si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más;
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por el cual lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, para ganar a Cristo,
Pero todo lo he recibido, y tengo abundancia; estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis; perfume de dulce fragancia, sacrificio acepto, agradable a Dios.
Por lo cual, aunque tengo mucha resolución en Cristo para mandarte lo que conviene,
Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras; muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
Porque tengo por justo, en tanto que estoy en este tabernáculo, el incitaros con amonestación;
Porque Él recibió de Dios Padre honor y gloria, cuando le fue enviada desde la magnífica gloria una gran voz que decía: Éste es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento.
Aunque tengo muchas cosas que escribiros, no he querido hacerlo por medio de papel y tinta; pues espero ir a vosotros y hablar cara a cara, para que nuestro gozo sea cumplido.
No tengo mayor gozo que el oír que mis hijos andan en la verdad.
y el que vivo, y estuve muerto; y he aquí que vivo para siempre, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del infierno.
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Pero tengo unas pocas cosas contra ti; que tú tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, el cual enseñaba a Balac a poner tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación.
Pero tengo unas pocas cosas contra ti; porque permites a esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñar y seducir a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de nada; y no conoces que tú eres un desventurado, y miserable, y pobre, y ciego, y desnudo.