112 casos en 6 traducciones

'Tierra' en la Biblia

Y habló el SEÑOR a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo del testimonio, en el primero del mes segundo, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo:

porque mío es todo primogénito; desde el día que yo maté todos los primogénitos en la tierra de Egipto, yo santifiqué para mí a todos los primogénitos en Israel, así de hombres como de animales; míos serán. Yo soy el SEÑOR.

Porque mío es todo primogénito en los hijos de Israel, así de hombres como de animales; desde el día que yo maté todo primogénito en la tierra de Egipto, los santifiqué para mí.

Y habló el SEÑOR a Moisés en el desierto de Sinaí, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, en el mes primero, diciendo:

Y si morare con vosotros algún extranjero, e hiciere la pascua al SEÑOR, conforme a la ordenanza de la pascua y conforme a sus leyes, así la hará; una misma ordenanza tendréis, así el extranjero como el natural de la tierra.

Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis en memoria delante del SEÑOR vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos.

¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?

Y salió un viento del SEÑOR, y trajo codornices del mar, y las dejó sobre el campamento, un día de camino a un lado, y un día de camino al otro, en derredor del campamento, y casi dos codos sobre la faz de la tierra.

Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.

Estos son los nombres de los varones que Moisés envió a reconocer la tierra; y a Oseas hijo de Nun, le puso Moisés el nombre de Josué.

Los envió, pues, Moisés a reconocer la tierra de Canaán, diciéndoles: Subid por aquí, por el mediodía, y subid al monte,

y observad la tierra qué tal es; y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso;

qué tal la tierra habitada, si es buena o mala; y qué tales son las ciudades habitadas, si de tiendas o de fortalezas;

y cuál sea la tierra, si es fértil o estéril, si en ella hay árboles o no; y esforzaos, y recoged del fruto de la tierra. Y el tiempo era el tiempo de las primeras uvas.

Y ellos subieron, y reconocieron la tierra desde el desierto de Zin hasta Rehob, entrando en Hamat.

Y anduvieron y vinieron a Moisés y a Aarón, y a toda la congregación de los hijos de Israel, en el desierto de Parán, en Cades, y les dieron la respuesta, y a toda la congregación, y les mostraron el fruto de la tierra.

Y les contaron, y dijeron: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y éste es el fruto de ella.

Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fuertes; y también vimos allí los hijos de Anac.

Amalec habita la tierra del mediodía; y el heteo, y el jebuseo, y el amorreo, habitan en el monte; y el cananeo habita junto al mar, y a la ribera del Jordán.

Y vituperaron entre los hijos de Israel la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella, son hombres de gran estatura.

Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Mejor que muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto que muriéramos!

¿Y por qué nos trae el SEÑOR a esta tierra para caer a espada y que nuestras mujeres y nuestros chiquitos sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?

Y Josué hijo de Nun, y Caleb hijo de Jefone, que eran de los que habían reconocido la tierra, rompieron sus vestidos;

y hablaron a toda la congregación de los hijos de Israel, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra en gran manera buena.

Si el SEÑOR se agradare de nosotros, él nos meterá en esta tierra, y nos la entregará; tierra que fluye leche y miel.

Por tanto, no seáis rebeldes contra el SEÑOR, ni temáis al pueblo de esta tierra, porque nuestro pan son; su amparo se ha apartado de ellos, y con nosotros está el SEÑOR; no los temáis.

y dirán los habitantes de esta tierra, los cuales ya han oído que tú, oh SEÑOR, estabas en medio de este pueblo, que ojo a ojo aparecías tú, oh SEÑOR, y que tu nube estaba sobre ellos, y que de día ibas delante de ellos en columna de nube, y de noche en columna de fuego;

Porque no pudo el SEÑOR meter este pueblo en la tierra de la cual les había jurado, los mató en el desierto.

no verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá.

Pero mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y cumplió de ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró y su simiente la recibirá en heredad;

vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano de haceros habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.

Mas vuestros chiquitos, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis.

Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi razón por anular mi promesa.

Y los varones que Moisés envió a reconocer la tierra, y que al volver habían hecho murmurar contra él a toda la congregación, desacreditando la tierra,

Mas Josué hijo de Nun, y Caleb hijo de Jefone, quedaron con vida de entre aquellos hombres que habían ido a reconocer la tierra.

Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra de vuestras habitaciones, que yo os doy,

Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra a la cual yo os llevo,

será que cuando comenzareis a comer del pan de la tierra, ofreceréis ofrenda al SEÑOR.

Yo el SEÑOR vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para ser vuestro Dios. YO SOY vuestro Dios.

¿Es poco que nos hayas hecho venir de una tierra que destila leche y miel, para hacernos morir en el desierto, sino que también te enseñorees de nosotros imperiosamente?

Ni tampoco nos has metido tú en tierra que fluya leche y miel, ni nos has dado heredades de tierras y viñas; ¿has de arrancar los ojos de estos hombres? No subiremos.

Mas si el SEÑOR hiciere una nueva cosa, y la tierra abriere su boca, y los tragare con todas sus cosas, y descendieren vivos al Seol, entonces conoceréis que estos hombres irritaron al SEÑOR.

Y aconteció, que al acabar él de hablar todas estas palabras, se rompió la tierra que estaba debajo de ellos;

y abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, y a sus casas; a todos los hombres de Coré, y a toda su hacienda.

Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al Seol, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.

Y todo Israel, los que estaban en derredor de ellos, huyeron al estruendo de ellos; porque decían: Por ventura no nos trague la tierra.

Las primicias de todas las cosas de la tierra de ellos, las cuales traerán al SEÑOR, serán tuyas; todo limpio en tu casa comerá de ellas.

Y el SEÑOR dijo a Aarón: De la tierra de ellos no tendrás heredad, ni entre ellos tendrás parte. Yo soy tu parte y tu heredad en medio de los hijos de Israel.

Y el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creísteis en mí, para santificarme en ojos de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado.

Te rogamos que pasemos por tu tierra; no pasaremos por labranza, ni por viña, ni beberemos agua de pozos; por el camino real iremos, sin apartarnos a diestra ni a siniestra, hasta que hayamos pasado tu término.

Pero, Edom le respondió: Tú no pasarás por mi {tierra;} para que no salga yo con espada a tu encuentro.

Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en el monte de Hor, en los términos de la tierra de Edom, diciendo:

Aarón será reunido a su pueblo; pues no entrará en la tierra que yo di a los hijos de Israel, por cuanto fuisteis rebeldes a mi mandamiento en las aguas de Meriba.

Y partieron del monte de Hor, camino del mar Bermejo, para rodear la tierra de Edom; y el alma del pueblo fue angustiada en el camino.

y de Bamot al valle que está en la tierra de Moab, en la cumbre del Pisga, que da al desierto.

Pasaré por tu tierra; no nos apartaremos por los labrados, ni por las viñas; no beberemos las aguas de los pozos; por el camino real iremos, hasta que pasemos tu término.

E Israel le hirió a filo de espada, y tomó su tierra desde Arnón hasta Jaboc, hasta los hijos de Amón; porque el término de los hijos de Amón era fuerte.

Porque Hesbón era la ciudad de Sehón, rey de los amorreos; el cual había tenido guerra antes con el rey de Moab, y tomado de su poder toda su tierra hasta Arnón.

Así habitó Israel en la tierra del amorreo.

Entonces el SEÑOR dijo a Moisés: No le tengas miedo, que en tu mano lo he dado, a él y a todo su pueblo, y a su tierra; y harás de él como hiciste de Sehón, rey de los amorreos, que habitaba en Hesbón.

E hirieron a él, y a sus hijos, y a todo su pueblo, sin que le quedara uno, y poseyeron su tierra.

Por tanto, envió mensajeros a Balaam hijo de Beor, a Petor, que está junto al río Eufrates en la tierra de los hijos de su pueblo, para que lo llamaran, diciendo: Un pueblo ha salido de Egipto, y he aquí cubre la faz de la tierra, y habita delante de mí.

Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; por ventura podré yo herirle, y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendijeres, será bendito, y el que tú maldijeres, será maldito.

He aquí, este pueblo que ha salido de Egipto, cubre la faz de la tierra; ven pues, ahora, y maldícemelo; por ventura podré pelear con él, y echarlo.

Así Balaam se levantó por la mañana, y dijo a los príncipes de Balac: Volveos a vuestra tierra, porque el SEÑOR no me quiere dejar ir con vosotros.

Entonces el SEÑOR abrió los ojos de Balaam, y él vio al ángel del SEÑOR de pie en el camino, con la espada desenvainada en su mano, e inclinándose, se postró rostro en tierra;

Contaréis el pueblo de veinte años arriba, como mandó el SEÑOR a Moisés y a los hijos de Israel, que habían salido de tierra de Egipto.

Que la tierra abrió su boca y tragó a ellos y a Coré, cuando aquella compañía murió, cuando consumió el fuego doscientos cincuenta varones, los cuales fueron por ejemplo.

Los hijos de Judá: Er y Onán; y Er y Onán murieron en la tierra de Canaán.

A éstos se repartirá la tierra en heredad, por la cuenta de los nombres.

Pero la tierra será repartida por suerte; y por los nombres de las tribus de sus padres heredarán.

Y el SEÑOR dijo a Moisés: Sube a este monte Abarim, y verás la tierra que he dado a los hijos de Israel.

Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad tenían muchísimo ganado; los cuales viendo la tierra de Jazer y de Galaad, les pareció el lugar, lugar de ganado.

la tierra que el SEÑOR hirió delante de la congregación de Israel, es tierra de ganado, y tus siervos tienen ganado.

Por tanto, dijeron, si hallamos gracia en tus ojos, dése esta tierra a tus siervos en heredad, y no nos hagas pasar el Jordán.

¿Y por qué desanimáis el corazón de los hijos de Israel, para que no pasen a la tierra que les ha dado el SEÑOR?

Así hicieron vuestros padres, cuando los envié desde Cades-barnea para que vieran la tierra.

Cuando subieron hasta la arroyada de Escol, y vieron la tierra desanimaron el corazón de los hijos de Israel, para no venir a la tierra que el SEÑOR les había dado.

Que no verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra por la cual juré a Abraham, Isaac, y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí;

y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades fuertes a causa de los moradores de la tierra.

y que la tierra sea sojuzgada delante del SEÑOR; luego volveréis, y seréis sin culpa para con el SEÑOR, y para con Israel; y esta tierra será vuestra en heredad delante del SEÑOR.

Y les dijo Moisés: Si los hijos de Gad y los hijos de Rubén, pasaren con vosotros el Jordán, armados todos de guerra delante del SEÑOR, luego que la tierra fuere sojuzgada delante de vosotros, les daréis la tierra de Galaad en posesión.

Mas si no pasaren armados con vosotros, entonces tendrán posesión entre vosotros en la tierra de Canaán.

Nosotros pasaremos armados delante del SEÑOR a la tierra de Canaán, y la posesión de nuestra heredad será de este lado del Jordán.

Así les dio Moisés a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén, y a la media tribu de Manasés hijo de José, el reino de Sehón rey amorreo, y el reino de Og rey de Basán, la tierra con sus ciudades y términos, las ciudades de la tierra alrededor.

Estas son las partidas de los hijos de Israel, los cuales salieron de la tierra de Egipto por sus ejércitos, por mano de Moisés y Aarón.

Y partidos de Cades, acamparon en el monte de Hor, en la extremidad de la tierra de Edom.

Y subió Aarón el sacerdote al monte de Hor, conforme al dicho del SEÑOR, y allí murió a los cuarenta años de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en el mes quinto, en el primero del mes.

Y el cananeo, rey de Arad, que habitaba al mediodía en la tierra de Canaán, oyó como habían entrado los hijos de Israel.

Habla a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis pasado el Jordán a la tierra de Canaán,

echaréis a todos los moradores de la tierra de delante de vosotros, y destruiréis todas sus pinturas, y todas sus imágenes de fundición destruiréis, y destruiréis todos sus altos;

y echaréis a los moradores de la tierra, y habitaréis en ella; porque yo os la he dado para que la heredéis.

Y heredaréis la tierra por suertes por vuestras familias; a la familia de muchos daréis mucho por su heredad, y a la familia de pocos daréis poco por su heredad; donde le saliere la suerte, allí la tendrá; por las tribus de vuestros padres heredaréis.

Y si no echareis a los moradores de la tierra de delante de vosotros, sucederá que los que dejareis de ellos serán por aguijones en vuestros ojos, y por espinas en vuestros costados, y os afligirán sobre la tierra en que vosotros habitareis.

Manda a los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra de Canaán, es a saber, la tierra que os ha de caer en heredad, la tierra de Canaán según sus términos;

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