Amós 8:2

y El dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Una canasta de fruta de verano. Entonces el SEÑOR me dijo: Ha llegado el fin para mi pueblo Israel. Ya no volveré a dejarlos sin castigo.

Amós 7:8

Y el SEÑOR me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Una plomada. Entonces el Señor dijo: He aquí, pondré una plomada en medio de mi pueblo Israel. Ya no volveré a dejarlos sin castigo.

Lamentaciones 4:18

Ponían trampas a nuestros pasos para que no anduviéramos por nuestras calles. Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros días, porque había llegado nuestro fin.

Miqueas 7:1

¿Ay de mí!, porque soy como los recogedores de frutos de verano, como los rebuscadores en la vendimia. No hay racimo {de uvas} que comer, {ni} higo temprano que tanto deseo.

Deuteronomio 26:1-4

Y sucederá que cuando entres en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da por herencia, tomes posesión de ella y habites en ella,

2 Samuel 16:1-2

Cuando David pasó un poco más allá de la cumbre, he aquí que Siba, el criado de Mefiboset, {salió} a su encuentro con un par de asnos aparejados, y sobre ellos {había} doscientos panes, cien racimos de uvas pasas, cien frutas de verano y un odre de vino.

Isaías 28:4

Y la flor marchita de su gloriosa hermosura, que está sobre la cabeza del valle fértil, será como el primer higo maduro antes del verano, el cual uno ve, {y} tan pronto está en su mano se lo traga.

Jeremías 1:11-14

Vino entonces a mí la palabra del SEÑOR, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y yo respondí: Veo una vara de almendro.

Jeremías 5:31

los profetas profetizan falsamente, los sacerdotes gobiernan por su cuenta, y a mi pueblo así le gusta. Pero ¿qué haréis al final de esto?

Jeremías 24:1-3

El SEÑOR me mostró dos cestas de higos colocadas delante del templo del SEÑOR después que Nabucodonosor, rey de Babilonia, desterró a Jeconías, hijo de Joacim, rey de Judá, y a los oficiales de Judá junto con los artesanos y herreros de Jerusalén, y los llevó a Babilonia.

Jeremías 40:10

Y he aquí, por mi parte, yo me quedaré en Mizpa para estar {en lugar vuestro} delante de los caldeos que vengan a nosotros; pero en cuanto a vosotros, recoged vino y frutos de verano y aceite, y guardad{los} en vuestras vasijas, y habitad en vuestras ciudades que habéis tomado.

Ezequiel 3:7

Pero la casa de Israel no te querrá escuchar, ya que no quieren escucharme a mí. Ciertamente toda la casa de Israel es terca y de duro corazón.

Ezequiel 3:10

Además me dijo: Hijo de hombre, recibe en tu corazón todas mis palabras que yo te hablo, y escúcha{las} atentamente.

Ezequiel 7:2-3

Y tú, hijo de hombre, di: ``Así dice el Señor DIOS a la tierra de Israel: ` ¿El fin, el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra!

Ezequiel 7:6

``El fin viene, viene el fin; se ha despertado contra ti; he aquí, ha venido.

Ezequiel 8:6

Entonces me dijo: Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos, las grandes abominaciones que comete aquí la casa de Israel para que me aleje de mi santuario? Pero aún verás mayores abominaciones.

Ezequiel 8:12

Me dijo entonces: Hijo de hombre, ¿has visto lo que hacen en la oscuridad los ancianos de la casa de Israel, cada uno en su cámara de imágenes grabadas? Porque ellos dicen: ``El SEÑOR no nos ve; el SEÑOR ha abandonado la tierra."

Ezequiel 8:17

Y El me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? ¿Le parece poco a la casa de Judá cometer las abominaciones que aquí han cometido, que han llenado la tierra de violencia y me han provocado repetidas veces? Porque he aquí, se llevan el ramo a la nariz.

Ezequiel 12:23

Por tanto, diles: ``Así dice el Señor DIOS: `Haré cesar este proverbio para que ya no lo usen como proverbio en Israel.' Diles, pues: `Se acercan los días y el cumplimiento de toda visión.

Ezequiel 29:8

``Por tanto, así dice el Señor DIOS: `He aquí, traeré contra ti la espada, y cortaré de ti hombres y animales.

Zacarías 1:18-21

Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro cuernos.

Zacarías 5:2

Y me dijo {el ángel:} ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela; su longitud es de veinte codos y su anchura de diez codos.

Zacarías 5:5-6

Salió el ángel que hablaba conmigo, y me dijo: Alza ahora tus ojos y mira qué es esto que sale.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido