Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete Espíritus de Dios.

Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia sea a vosotros, y paz del que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de su trono;

Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelero todo de oro, con un tazón sobre la parte superior, y sus siete lámparas encima del candelero; y siete tubos para las lámparas que están encima de él;

Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo voces, y truenos, y relámpagos, y terremotos.

Y aconteció al tercer día cuando vino la mañana, que vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de trompeta muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.

Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto fue vista en su templo. Y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un terremoto, y grande granizo.

Y escribe al ángel de la iglesia en SARDIS: El que tiene los siete Espíritus de Dios, y las siete estrellas, dice estas cosas: Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.

Y miré; y, he aquí, en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados a toda la tierra.

Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.

Todo el pueblo percibía los truenos y los relámpagos, y el sonido de la trompeta, y el monte que humeaba. Y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.

Hizo asimismo sus siete candilejas, y sus despabiladeras, y sus platillos, de oro puro;

Asimismo los candeleros y sus candilejas, de oro puro, para que las encendiesen delante del santuario interior conforme a la costumbre.

Y tronó en los cielos Jehová, y el Altísimo dio su voz; granizo y carbones encendidos.

Terrible eres, oh Dios, desde tus santuarios: El Dios de Israel, Él da fortaleza y vigor a su pueblo. Bendito Dios.

En cuanto a la semejanza de los seres vivientes, su parecer era como de carbones de fuego encendidos, como parecer de hachones encendidos que andaban entre los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían relámpagos.

Jehová rugirá desde Sión, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; mas Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.

Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; mas el que viene tras mí, es más poderoso que yo; cuyo calzado no soy digno de llevar; Él os bautizará con el Espíritu Santo, y con fuego.

y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos.

Ahora bien, hay diversidad de dones; pero el mismo Espíritu es.

Porque no os habéis acercado al monte que se podía tocar, que ardía con fuego, y al turbión, y a la oscuridad, y a la tempestad,

Y el séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: ¡Hecho está!

Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelero, y a su izquierda?

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