Yo vine a mi huerto, oh hermana mía, esposa mía: He recogido mi mirra y mis aromas; he comido mi panal y mi miel, mi vino y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia, oh amados.

Mi amado descendió a su huerto, a las eras de los aromas para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios.

Levántate, viento del norte, y ven, viento del sur; soplad sobre mi huerto, despréndanse sus aromas. Venga mi amado a su huerto, y coma de su dulce fruta.

El que tiene la esposa, es el esposo, mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo. Así pues, este mi gozo es cumplido.

Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.

La solemnidad de las cabañas harás por siete días, cuando hubieres hecho la cosecha de tu era y de tu lagar.

Y ahora, he aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh Jehová. Y lo dejarás delante de Jehová tu Dios, y adorarás delante de Jehová tu Dios.

También los hijos de Israel y de Judá, que habitaban en las ciudades de Judá, dieron del mismo modo los diezmos de las vacas y de las ovejas: y trajeron los diezmos de lo santificado, de las cosas que habían prometido a Jehová su Dios, y los pusieron por montones.

sino a los santos que están en la tierra, y a los íntegros, en quienes está toda mi complacencia.

Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia.

Venid, comed mi pan, y bebed del vino que yo he mezclado.

Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía; has prendido mi corazón con uno de tus ojos, con una gargantilla de tu cuello.

Al huerto de los nogales descendí, a ver los frutos del valle, y para ver si brotaban las vides, si florecían los granados.

¡Oh que fueras tú como mi hermano, que mamó los pechos de mi madre; así, al encontrarte afuera yo te besaría, y no me menospreciarían!

Oh tú la que moras en los huertos, los compañeros escuchan tu voz; házmela oír.

Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil.

Pero sus negocios y sus ganancias serán consagrados a Jehová; no se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta saciarse, y vistan honradamente.

Ciertamente consolará Jehová a Sión; consolará todos sus lugares desolados, y hará su desierto como el Edén, y su soledad como el huerto de Jehová. Gozo y alegría se hallarán en ella, acciones de gracias y la voz de cánticos.

Del trabajo de su alma verá y será saciado. Por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y Él llevará las iniquidades de ellos.

A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad, y comed. Venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche.

Y Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y engordará tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.

Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto hace brotar lo sembrado en él, así Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones.

Juró Jehová por su mano derecha, y por el brazo de su poder: Nunca más daré tu trigo por comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino por el que tú trabajaste.

Por tanto así dice el Señor Jehová: He aquí que mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados;

Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y su indignación contra sus enemigos.

Jehová de los ejércitos los defenderá, y ellos devorarán y subyugarán con piedras de la honda, y beberán y harán estrépito como embriagados de vino; y se llenarán como tazones, y como las esquinas del altar.

Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.

Y yo os digo, amigos míos: No temáis a los que matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer.

y viniendo a casa, reúne a sus amigos y a sus vecinos, diciéndoles: Regocijaos conmigo, porque he hallado mi oveja que se había perdido.

Y cuando la halla, reúne a sus amigas y a sus vecinas, diciendo: Regocijaos conmigo, porque he hallado la dracma que había perdido.

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, éste es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.

Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar ayuda a los hermanos que habitaban en Judea:

para que enriquecidos en todo abundéis en toda liberalidad, la cual produce por medio de nosotros agradecimiento a Dios.

Y no os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos del Espíritu;

porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor.

diciendo: Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la iglesia te alabaré.

Y el Espíritu y la esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiere, tome del agua de la vida gratuitamente.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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