Deuteronomio 32:31

Que el fuerte de ellos no es como nuestro Fuerte; y aun nuestros enemigos son de ello jueces.

Éxodo 14:25

Y les quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque el SEÑOR pelea por ellos contra los egipcios.

1 Samuel 2:2

No hay santo como el SEÑOR; porque no hay ninguno fuera de ti; y no hay Fuerte como el Dios nuestro.

1 Samuel 4:8

¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de las manos de estos dioses fuertes? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto.

Números 23:8

¿Por qué maldeciré yo al que Dios no maldijo? ¿Y por qué he de execrar al que el SEÑOR no ha execrado?

Números 23:23

Porque en Jacob no hay agüero, ni adivinación en Israel. Como ahora, será dicho de Jacob y de Israel: ¡Lo que ha hecho Dios!

Esdras 1:3

¿Quién hay entre vosotros de todo su pueblo? Sea Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique la Casa al SEÑOR Dios de Israel (él es Dios), la cual está en Jerusalén.

Esdras 6:9-12

Y lo que fuere necesario, becerros y carneros y corderos, para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en Jerusalén, déseles cada día sin obstáculo alguno;

Esdras 7:20-21

Y lo demás necesario para la Casa de tu Dios que te fuere menester dar, lo darás de la casa de los tesoros del rey.

Jeremías 40:3

y lo trajo e hizo el SEÑOR según que había dicho: porque pecasteis contra el SEÑOR, y no oísteis su voz, por tanto os ha venido esto.

Daniel 2:47

El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente que el Dios vuestro Dios es Dios de dioses, y el Señor de los reyes, y el descubridor de los misterios, pues pudiste revelar este misterio.

Daniel 3:29

Por mí, pues, se pone decreto, que todo pueblo, nación, o lengua, que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrac, Mesac, y Abed-nego, sea descuartizado, y su casa sea puesta por muladar; por cuanto no hay otro dios que pueda librar como éste.

Daniel 6:26-27

De parte mía es puesta ordenanza, que en todo el señorío de mi reino todos teman y tiemblen de la presencia del Dios de Daniel, porque él es el Dios Viviente y permanente por todos los siglos, y su Reino tal que no se deshará, y su señorío hasta el fin:

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Sagradas Escrituras (1569)