Eclesiastés 8:14

Hay vanidad que se hace sobre la tierra; que hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos; y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.

Eclesiastés 7:15

Todo esto he visto en los días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay impío que por su maldad alarga sus días.

Malaquías 3:15

Decimos, pues, ahora, que son bienaventurados los soberbios, y también que los obreros de iniquidad son los prosperados; y aunque tentaron a Dios, escaparon.

Job 21:7

¿Por qué viven los impíos, y se envejecen, y aun crecen en riquezas?

Eclesiastés 2:14

El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo suceso acontecerá al uno como al otro.

Job 9:22-24

Una cosa resta que yo diga: Al perfecto y al impío Él los consume.

Job 21:17-34

¡Oh cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada, y viene sobre ellos su quebranto, y Dios en su ira les reparte dolores!

Job 24:21-25

A la mujer estéril que no da a luz, afligió; y a la viuda nunca hizo bien.

Salmos 73:3

Porque tuve envidia de los insensatos, viendo la prosperidad de los impíos.

Salmos 73:12-14

He aquí estos impíos, sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas.

Eclesiastés 4:4

He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obra despierta la envidia del hombre contra su prójimo. También esto es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés 4:8

Está un hombre solo y sin sucesor; que ni tiene hijo ni hermano; mas nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y privo mi alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo.

Eclesiastés 9:1-3

Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para declarar todo esto; que los justos y los sabios, y sus obras, están en la mano de Dios; y que no saben los hombres ni el amor ni el odio; todo está delante de ellos.

Eclesiastés 10:5

Hay un mal que he visto debajo del sol, como el error emanado del príncipe;

Jeremías 12:1

Justo eres tú, oh Jehová, cuando yo contigo disputo; sin embargo hablaré contigo de tus juicios. ¿Por qué es prosperado el camino de los impíos, y tienen bien todos los que se portan deslealmente?

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)