Génesis 14:22
Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano al SEÑOR Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra,
Éxodo 6:8
Y os meteré en la tierra, por la cual alcé mi mano que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo soy el SEÑOR.
Daniel 12:7
Y oía al Varón vestido de lienzos, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el Viviente en los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad. Y cuando se acabare el esparcimiento del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas.
Apocalipsis 10:5-6
Y el ángel que vi estar sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
Deuteronomio 32:40
Cuando yo alzaré a los cielos mi mano, y diré: Vivo yo para siempre,
Salmos 24:1
Del SEÑOR es la tierra y su plenitud; el mundo, y los que en él habitan.
Génesis 14:19-20
y le bendijo, y dijo: Bendito sea Abram del Dios alto, poseedor de los cielos y de la tierra;
Génesis 17:1
Y siendo Abram de edad de noventa y nueve años, el SEÑOR se le apareció, y le dijo: Yo soy el Dios todopoderoso; anda delante de mí, y sé perfecto.
Génesis 21:23-31
Ahora pues, júrame aquí por Dios, que no faltarás a mí, ni a mi hijo, ni a mi nieto; sino que conforme a la misericordia que yo hice contigo, harás tú conmigo y con la tierra donde has peregrinado.
Génesis 21:33
Y plantó Abraham un bosque en Beerseba, e invocó allí el nombre del SEÑOR Dios eterno.
Jueces 11:35
Y cuando él la vio, rompió sus vestidos diciendo: ¡Ay, hija mía! Me has abatido mucho, y tú eres de los que me afligen; porque yo he abierto mi boca al SEÑOR, y no podré retractarme.
Salmos 83:18
Y conozcan que tu nombre es el SEÑOR; tú solo Altísimo sobre toda la tierra.
Isaías 57:15
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita en eternidad, y cuyo nombre es El Santo, que tengo por morada la altura y la santidad; y con el quebrantado y abatido de espíritu habito, para hacer vivir el espíritu de los abatidos, y para hacer vivir el corazón de los quebrantados.
Daniel 4:34
Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fue vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su Reino por todas las edades.
Hageo 2:8
Mía es la plata, y mío es el oro, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido