Hechos 17:11
Y fueron éstos más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras, para ver si estas cosas eran así.
Juan 5:39
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.
Isaías 34:16
Preguntad de lo que está escrito en el libro del SEÑOR, y leed, si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera; porque su boca mandó y su mismo Espíritu los ayuntó.
Lucas 16:29
Y Abraham le dice: A Moisés y a los profetas tienen; oigan a ellos.
1 Tesalonicenses 2:13
Por lo cual, también nosotros damos gracias a Dios sin cesar, de que habiendo recibido de nosotros la palabra para oír de Dios, la recibisteis no como palabra de hombres, sino (como a la verdad lo es) como palabra de Dios, la cual obra en vosotros los que creisteis.
Job 23:12
Del mandamiento de sus labios nunca me separé; guardé las palabras de su boca más que mi comida.
Salmos 1:2-3
antes en la ley del SEÑOR es su voluntad, y en su ley pensará de día y de noche.
Salmos 119:97
MEM ¡Cuánto he amado tu ley! Todo el día es ella mi meditación.
Salmos 119:100
He entendido más que los ancianos, porque he guardado tus mandamientos.
Salmos 119:148
Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus dichos.
Proverbios 1:5
Si el sabio los oyere, aumentará la doctrina; y el entendido adquirirá consejo;
Proverbios 2:1-5
Hijo mío, si tomares mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti,
Proverbios 8:10
Recibid mi castigo, y no plata; y ciencia más que el oro escogido.
Proverbios 9:9
Da al sabio, y será más sabio; enseña al justo, y acrecerá su saber.
Isaías 8:20
¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido.
Jeremías 2:21
Y yo te planté de buen viñedo, simiente de Verdad toda ella, ¿cómo, pues, te me has tornado sarmientos de vid extraña?
Mateo 13:23
Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la Palabra, y el que lleva el fruto; y produce uno a ciento, y otro a sesenta, y otro a treinta por uno .
Lucas 24:44
Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliesen todas las cosas que están escritas de mí en la ley de Moisés, y en los profetas, y en los salmos.
Juan 1:45-49
Felipe halló a Natanael, y le dice: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
Juan 3:21
Mas el que obra verdad, viene a la luz, para que sus obras sean manifestadas que son hechas en Dios.
Hechos 2:41
Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados; y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas.
Hechos 10:33
Así que, luego envié a ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oír todo lo que Dios te ha mandado.
Hechos 11:1
Y oyeron los apóstoles y los hermanos que estaban en Judea, que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios.
Hechos 17:1
Y pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde estaba la sinagoga de los judíos.
1 Tesalonicenses 1:6
Y vosotros fuisteis hechos imitadores de nosotros, y del Señor, recibiendo la palabra con mucha tribulación, con gozo del Espíritu Santo;
2 Tesalonicenses 2:10
y con todo engaño de iniquidad obrando en los que perecen; por cuanto no recibieron la caridad de la verdad para ser salvos.
2 Timoteo 3:15-17
y que sabes las Sagradas Escrituras desde la niñez, las cuales te pueden hacer sabio para la salud por la fe que es en Cristo Jesús.
Santiago 1:21
Por lo cual, dejando toda inmundicia, y restos de malicia, recibid con mansedumbre la Palabra ingerida en vosotros, la cual puede hacer salvas vuestras almas.
1 Pedro 1:10-12
De la cual salud los profetas (que profetizaron de la gracia que había de venir en vosotros), han inquirido y diligentemente buscado,
1 Pedro 2:2
desead, como niños recién nacidos, la leche racional, y que es sin engaño, para que por ella crezcáis en salud,
2 Pedro 1:19-21
Tenemos también la palabra de los profetas más firme, a la cual hacéis bien de estar atentos como a una lámpara que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.
1 Juan 4:5-6
Ellos son del mundo, por eso hablan del mundo, y el mundo los oye.
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