Isaías 1:11

¿Para qué me sirven a mí, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

Jeremías 6:20

¿Para qué viene a mí este incienso de Seba, y la caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan.

1 Samuel 15:22

Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en obedecer a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios; y el prestar atención que la grosura de los carneros:

Salmos 50:8

No te reprenderé sobre tus sacrificios, ni por tus holocaustos, que delante de mí están siempre.

Proverbios 15:8

El sacrificio de los impíos es abominación a Jehová; mas la oración de los rectos es su gozo.

Isaías 66:3

El que sacrifica buey, es como si matase un hombre; el que sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que ofrece presente, como si ofreciese sangre de puerco; el que quema incienso, como si bendijese a un ídolo. Y porque han escogido sus propios caminos, y su alma amó sus abominaciones,

Amós 5:21

Aborrecí, abominé vuestras solemnidades, y no me darán buen olor vuestras asambleas.

Malaquías 1:10

¿Quién también hay de vosotros que cierre las puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no recibo contentamiento en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra mano aceptaré ofrenda.

Salmos 51:16

Porque no quieres tú sacrificio, que yo lo daría; no quieres holocausto.

Proverbios 21:27

El sacrificio de los impíos es abominación: ¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad!

Jeremías 7:21

Así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y comed carne.

Miqueas 6:7

¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión, el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma?

Mateo 9:13

Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)