Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, á la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra de Jehová.

Y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y la remisión de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem.

Estad atentos á mí, pueblo mío, y oidme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos.

Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aun vendrán pueblos, y moradores de muchas ciudades;

ESTOS pues son los mandamientos, estatutos, y derechos que Jehová vuestro Dios mandó que os enseñase, para que los pongáis por obra en la tierra á la cual pasáis vosotros para poseerla:

Bueno y recto es Jehová: Por tanto él enseñará á los pecadores el camino.

La vara de tu fortaleza enviará Jehová desde Sión: Domina en medio de tus enemigos.

Porque habrá día en que clamarán los guardas en el monte de Ephraim: Levantaos, y subamos á Sión, á Jehová nuestro Dios.

En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; é irán andando y llorando, y buscarán á Jehová su Dios.

Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña;

Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.

El que quisiere hacer su voluntad, conocerá de la doctrina si viene de Dios, ó si yo hablo de mí mismo.

Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me sereís testigos en Jerusalem, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra.

Así que, luego envié á ti; y tú has hecho bien en venir. Ahora pues, todos nosotros estamos aquí en la presencia de Dios, para oir todo lo que Dios te ha mandado.

Entonces Pablo y Bernabé, usando de libertad, dijeron: A vosotros á la verdad era menester que se os hablase la palabra de Dios; mas pues que la desecháis, y os juzgáis indignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos á los Gentiles.

Mas digo: ¿No han oído? Antes bien, Por toda la tierra ha salido la fama de ellos, Y hasta los cabos de la redondez de la tierra las palabras de ellos.

Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.

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