Isaías 8:11

Porque Jehová me habló así con mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de este pueblo, diciendo:

Ezequiel 3:14

Me levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu; mas la mano de Jehová era fuerte sobre mí.

Salmos 32:8

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar: Sobre ti fijaré mis ojos.

Proverbios 1:15

Hijo mío, no andes en camino con ellos; aparta tu pie de sus veredas;

Jeremías 15:19

Por tanto, así dice Jehová: Si te convirtieres, yo te repondré, y delante de mí estarás; y si sacares lo precioso de lo vil, serás como mi boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos.

Jeremías 20:7

Me confundiste, oh Jehová, y fui confundido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido; todos se burlan de mí.

Jeremías 20:9

Y dije: No me acordaré más de Él, ni hablaré más en su nombre: Pero su palabra fue en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos, traté de sufrirlo, y no pude.

Ezequiel 2:6-8

Y tú, hijo de hombre, no temas de ellos, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinas, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.

Hechos 4:20

Porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)