Jeremías 7:4

No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo del SEÑOR, Templo del SEÑOR, Templo del SEÑOR a ellos.

Miqueas 3:11

sus cabezas juzgan por soborno, y sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por dinero; y se arriman al SEÑOR diciendo: ¿no está el SEÑOR entre nosotros? No vendrá mal sobre nosotros.

1 Samuel 4:3-4

Y cuando el pueblo volvió al campamento, los ancianos de Israel dijeron: ¿Por qué nos ha herido hoy el SEÑOR delante de los filisteos? Traigamos a nosotros de Silo el arca del pacto del SEÑOR, para que viniendo entre nosotros nos salve de la mano de nuestros enemigos.

Jeremías 6:14

Y curan el quebrantamiento de la hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay paz.

Jeremías 7:8-12

He aquí, vosotros os confiáis en palabras de mentira, que no aprovechan.

Jeremías 28:15

Entonces dijo Jeremías profeta a Hananías profeta: Ahora oye, Hananías; el SEÑOR no te envió, y tú hiciste a este pueblo confiar en mentira.

Jeremías 29:23

Porque hicieron maldad en Israel, y cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos, y hablaron palabra falsamente en mi nombre que no les mandé; lo cual yo sé, y soy testigo, dijo el SEÑOR.

Jeremías 29:31

Envía a decir a toda la transmigración: Así dijo el SEÑOR acerca de Semaías de Nehelam: Porque os profetizó Semaías, y yo no lo envié, y os hizo confiar sobre mentira;

Ezequiel 13:19

¿Y habéis de profanarme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos de pan, matando las almas que no deben morir, y dando vida a las almas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo que escucha la mentira?

Sofonías 3:11

En aquel día no te avergonzarás de ninguna de tus obras con las cuales te rebelaste contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti los que se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás del monte de mi santidad.

Mateo 3:9-10

y no penséis decir dentro de vosotros: a Abraham tenemos por padre; porque yo os digo, que puede Dios despertar hijos a Abraham aun de estas piedras.

Lucas 3:8

Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que puede Dios, aun de estas piedras, levantar hijos a Abraham.

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