¿Acaso tienes tú ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre?

Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo he rechazado; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; porque el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.

Porque Él no es hombre igual que yo, para que yo le responda, y vengamos juntamente a juicio.

Y les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen en alta estima, delante de Dios es abominación.

Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana, tan blancos como la nieve; y sus ojos como llama de fuego;

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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