Job 21:4

¿Por ventura quejo a algún hombre? Y si es así ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?

De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel; mas ellos no escuchaban a Moisés a causa de la congoja de espíritu, y de la dura servidumbre.

No tengas a tu sierva por una hija de Belial; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora.

Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le dio voces, y dijo: Salva, rey señor mío.

¿Cuál es mi fortaleza para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para dilatar mi vida?

Por tanto yo no reprimiré mi boca; hablaré con la angustia de mi espíritu, y me quejaré con la amargura de mi alma.

Mi alma es cortada en mi vida; por tanto soltaré mi queja sobre mí, y hablaré con amargura de mi alma.

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has dejado? ¿Por qué estás lejos de mi salud, y de las palabras de mi clamor?

¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué bramas contra mí? Espera a Dios; quien es la salud de mi rostro, y el Dios mío.

Me acordaba de Dios, y gritaba; me quejaba, y desmayaba mi espíritu. (Selah.)

SEÑOR, oye mi oración, y venga mi clamor a ti.

Delante de él derramaré mi querella; delante de él denunciaré mi angustia.

Entonces Jesús les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido