Las cosas que mi alma no quería tocar, son ahora mi triste alimento.

Y ella respondió: Vive Jehová Dios tuyo, que no tengo pan cocido; que solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una botija: y ahora recogía dos leños, para entrar y aderezarlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y muramos.

y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz.

Pues antes que mi pan viene mi suspiro; y mis gemidos corren como aguas.

Por lo cual he comido ceniza a manera de pan, y mi bebida mezclo con lágrimas,

Y dije: ¡Ah Señor Jehová! he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada, ni nunca en mi boca entró carne inmunda.

Me dijo luego: Hijo de hombre, he aquí quebrantaré la provisión de pan en Jerusalén, y comerán el pan por peso, y con angustia; y beberán el agua por medida, y con espanto.

Hijo de hombre, come tu pan con temblor, y bebe tu agua con estremecimiento y con angustia;

No comí pan delicado, ni entró carne ni vino en mi boca, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron tres semanas.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)

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