Juan 11:28

Y esto dicho, fuése, y llamó en secreto á María su hermana, diciendo: El Maestro está aquí y te llama.

Juan 13:13

Vosotros me llamáis, Maestro, y, Señor: y decís bien; porque lo soy.

Mateo 26:18

Y él dijo: Id á la ciudad á cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa haré la pascua con mis discípulos.

Cantares 2:8-14

La voz de mi amado! He aquí él viene Saltando sobre los montes, brincando sobre los collados.

Zacarías 3:10

En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, cada uno de vosotros llamará á su compañero debajo de la vid, y debajo de la higuera.

Marcos 10:49

Entonces Jesús parándose, mandó llamarle: y llaman al ciego, diciéndole: Ten confianza: levántate, te llama.

Marcos 14:14

Y donde entrare, decid al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?

Lucas 10:38-42

Y aconteció que yendo, entró él en una aldea: y una mujer llamada Marta, le recibió en su casa.

Lucas 22:11

Y decid al padre de la familia de la casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde tengo de comer la pascua con mis discípulos?

Juan 1:41

Este halló primero á su hermano Simón, y díjole: Hemos hallado al Mesías (que declarado es, el Cristo).

Juan 1:45

Felipe halló á Natanael, y dícele: Hemos hallado á aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: á Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

Juan 10:3

A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz: y á sus ovejas llama por nombre, y las saca.

Juan 11:20

Entonces Marta, como oyó que Jesús venía, salió á encontrarle; mas María se estuvo en casa.

Juan 20:16

Dícele Jesús: ­María! Volviéndose ella, dícele: ­Rabboni! que quiere decir, Maestro.

Juan 21:7

Entonces aquel discípulo, al cual amaba Jesús, dijo á Pedro: El Señor es. Y Simón Pedro, como oyó que era el Señor, ciñóse la ropa, porque estaba desnudo, y echóse á la mar.

1 Tesalonicenses 4:17-18

Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos, juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes á recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.

1 Tesalonicenses 5:11

Por lo cual, consolaos los unos á los otros, y edificaos los unos á los otros, así como lo hacéis.

Hebreos 12:12

Por lo cual alzad las manos caídas y las rodillas paralizadas;

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