Juan 20:27

Entonces dijo a Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos; y da acá tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.

Juan 20:25

Le dijeron, pues, los otros discípulos: Hemos visto al Señor. Y él les dijo: Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré.

Salmos 78:38

Pero Él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; y apartó muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo.

Salmos 103:13-14

Como el padre se compadece de sus hijos, se compadece Jehová de los que le temen.

Mateo 17:17

Entonces respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os he de soportar? Traédmelo acá.

Marcos 9:19

Y respondiendo Él, les dijo: ¡Oh generación incrédula! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros? ¿Hasta cuándo os tengo que soportar? Traédmele.

Lucas 9:41

Y respondiendo Jesús, dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá tu hijo.

Lucas 24:40

Y habiendo dicho esto, les mostró las manos y los pies.

Juan 20:20

Y habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Entonces los discípulos se regocijaron viendo al Señor.

Romanos 5:20

Y la ley entró para que el pecado abundase; pero cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia;

1 Timoteo 1:14-16

Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.

1 Juan 1:1-2

Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y palparon nuestras manos, tocante al Verbo de vida

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)