Juan 3:36

El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él.

Juan 5:24

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.

Juan 3:15-16

Para que todo aquel que en él creyere, no se pierda, sino que tenga vida eterna.

Juan 1:12

Mas á todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, á los que creen en su nombre:

Juan 3:3

Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.

Romanos 1:17-18

Porque en él la justicia de Dios se descubre de fe en fe; como está escrito: Mas el justo vivirá por la fe.

Efesios 5:6

Nadie os engañe con palabras vanas; porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia.

Números 32:11

Que no verán los varones que subieron de Egipto de veinte años arriba, la tierra por la cual juré á Abraham, Isaac, y Jacob, por cuanto no fueron perfectos en pos de mí;

Job 33:28

Dios redimirá su alma, que no pase al sepulcro, Y su vida se verá en luz.

Salmos 2:12

Besad al Hijo, porque no se enoje, y perezcáis en el camino, Cuando se encendiere un poco su furor. Bienaventurados todos los que en él confían.

Salmos 36:9

Porque contigo está el manantial de la vida: En tu luz veremos la luz.

Salmos 49:19

Entrará á la generación de sus padres: No verán luz para siempre.

Salmos 106:4-5

Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con tu pueblo: Visítame con tu salud;

Habacuc 2:4

He aquí se enorgullece aquel cuya alma no es derecha en él: mas el justo en su fe vivirá.

Lucas 2:30

Porque han visto mis ojos tu salvación,

Lucas 3:6

Y verá toda carne la salvación de Dios.

Juan 6:47-54

De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

Juan 8:51

De cierto, de cierto os digo, que el que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre.

Juan 10:28

Y yo les doy vida eterna y no perecerán para siempre, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Romanos 4:15

Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay transgresión.

Romanos 5:9

Luego mucho más ahora, justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Romanos 8:1

AHORA pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme á la carne, mas conforme al espíritu.

Romanos 8:24-25

Porque en esperanza somos salvos; mas la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿á qué esperarlo?

Gálatas 3:10

Porque todos los que son de las obras de la ley, están bajo de maldición. Porque escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que están escritas en el libro de la ley, para hacerlas.

1 Tesalonicenses 1:10

Y esperar á su Hijo de los cielos, al cual resucitó de los muertos; á Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.

1 Tesalonicenses 5:9

Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salud por nuestro Señor Jesucristo;

Hebreos 2:3

¿Cómo escaparemos nosotros, si tuviéremos en poco una salud tan grande? La cual, habiendo comenzado á ser publicada por el Señor, ha sido confirmada hasta nosotros por los que oyeron;

Hebreos 10:29

¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del testamento, en la cual fué santificado, é hiciere afrenta al Espíritu de gracia?

1 Juan 3:14-15

Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte á vida, en que amamos á los hermanos. El que no ama á su hermano, está en muerte.

1 Juan 5:10-13

El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo: el que no cree á Dios, le ha hecho mentiroso; porque no ha creído en el testimonio que Dios ha testificado de su Hijo.

Apocalipsis 6:16-17

Y decían á los montes y á las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquél que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero:

Apocalipsis 21:8

Mas á los temerosos é incrédulos, á los abominables y homicidas, á los fornicarios y hechiceros, y á los idólatras, y á todos los mentirosos, su parte será en el lago ardiendo con fuego y azufre, que es la muerte segunda.

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