Lamentaciones 4:8

Más negro que el hollín es su aspecto, no se les reconoce por las calles; se ha pegado su piel a sus huesos, se ha marchitado, se ha vuelto como madera.

Job 30:30

Mi piel se ennegrece sobre mí, y mis huesos se queman por la fiebre.

Salmos 102:3-5

Porque mis días han sido consumidos en humo, y como brasero han sido quemados mis huesos.

Lamentaciones 5:10

Nuestra piel quema como un horno, a causa de los ardores del hambre.

Job 19:20

Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne, y {sólo} he escapado con la piel de mis dientes.

Salmos 119:83

Aunque he llegado a ser como odre al humo, no me olvido de tus estatutos.

Rut 1:19-20

Caminaron, pues, las dos hasta que llegaron a Belén. Y sucedió que cuando llegaron a Belén, toda la ciudad se conmovió a causa de ellas, y las {mujeres} decían: ¿{No} es ésta Noemí?

Job 2:12

Y cuando alzaron los ojos desde lejos y no lo reconocieron, levantaron sus voces y lloraron. Cada uno de ellos rasgó su manto y esparcieron polvo hacia el cielo sobre sus cabezas.

Job 30:17-19

De noche El traspasa mis huesos dentro de mí, y los {dolores} que me corroen no descansan.

Job 33:21

Su carne desaparece a la vista, y sus huesos que no se veían, aparecen.

Salmos 32:4

Porque día y noche tu mano pesaba sobre mí; mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. (Selah)

Salmos 38:3

Nada hay sano en mi carne a causa de tu indignación; en mis huesos no hay salud a causa de mi pecado.

Salmos 102:11

Mis días son como sombra que se alarga; y yo me seco como la hierba.

Isaías 52:14

De la manera que muchos se asombraron de ti, {pueblo mío,} así fue desfigurada su apariencia más que la de {cualquier} hombre, y su aspecto más que el de los hijos de los hombres.

Lamentaciones 4:1-2

¿Cómo se ha ennegrecido el oro, {cómo} ha cambiado el oro puro! Esparcidas están las piedras sagradas por las esquinas de todas las calles.

Joel 2:6

Ante él tiemblan los pueblos, palidecen todos los rostros.

Nahúm 2:10

¿Vacía está! Sí, desolada y desierta. Los corazones se derriten y las rodillas tiemblan; hay también angustia en todo el cuerpo, y los rostros de todos han palidecido.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido