Lucas 6:37

No juzguéis, y no seréis juzgados: No condenéis, y no seréis condenados: Perdonad, y seréis perdonados.

Marcos 11:25

Y cuando estuviereis orando, perdonad, si tuviereis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en el cielo os perdone a vosotros vuestras ofensas.

Efesios 4:32

y sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como también Dios en Cristo os perdonó.

Colosenses 3:13

soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros. Si alguno tuviere queja contra otro, de la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Isaías 65:5

que dicen: Estate en tu lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú. Éstos son humo en mi furor, fuego que arde todo el día.

Mateo 5:7

Bienaventurados los misericordiosos; porque ellos alcanzarán misericordia.

Mateo 6:14-15

Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, vuestro Padre celestial también os perdonará a vosotros.

Mateo 7:1-5

No juzguéis, para que no seáis juzgados.

Mateo 18:30

Pero él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.

Mateo 18:34-35

Entonces su señor se enojó, y le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.

Lucas 17:3-4

Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano peca contra ti, repréndele; y si se arrepiente, perdónale.

Romanos 2:1-2

Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; porque en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo.

Romanos 14:3-4

El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.

Romanos 14:10-16

Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo.

1 Corintios 4:3-5

Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por juicio humano; y ni aun yo mismo me juzgo.

1 Corintios 13:4-7

La caridad es sufrida, es benigna; La caridad no tiene envidia, la caridad no es jactanciosa, no se envanece;

Santiago 4:11-12

Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal de su hermano, y juzga a su hermano, este tal habla mal de la ley, y juzga la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.

Santiago 5:9

Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí el Juez está a la puerta.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)