Lucas 7:37

Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento,

Mateo 21:31

¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos le dijeron: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.

Mateo 26:6-13

Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,

Marcos 14:3-9

Y estando Él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado Él a la mesa, vino una mujer trayendo un frasco de alabastro de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y quebrando el frasco de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.

Lucas 5:30

Y los escribas y los fariseos murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?

Lucas 5:32

No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.

Lucas 7:34

Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.

Lucas 7:37-39

Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento,

Lucas 18:13

Mas el publicano, estando lejos, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.

Lucas 19:7

Y viendo esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.

Juan 9:24

Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es pecador.

Juan 9:31

Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a éste oye.

Juan 11:2

(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, era la que ungió al Señor con ungüento, y enjugó sus pies con sus cabellos.)

Juan 12:1-8

Entonces Jesús, seis días antes de la pascua, vino a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, a quien había resucitado de los muertos.

Romanos 5:8

Mas Dios encarece su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

1 Timoteo 1:9

sabiendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los malos y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,

1 Timoteo 1:15

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos; que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

1 Pedro 4:18

Y si el justo con dificultad es salvo; ¿en dónde aparecerá el impío y el pecador?

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)