Parallel Verses
Spanish: Reina Valera Gómez
Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento,
La Biblia de las Américas
Y he aquí, había en la ciudad una mujer que era pecadora, y cuando se enteró de que {Jesús} estaba sentado {a la mesa} en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
Biblia del Jubileo 2000 (Grátis)
Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, cuando entendió que estaba a la mesa en casa de aquel fariseo, trajo un alabastro de ungüento,
Reina Valera 1909
Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, como entendió que estaba á la mesa en casa de aquel Fariseo, trajo un alabastro de ungüento,
La Nueva Biblia de los Hispanos
Había en la ciudad una mujer que era pecadora, y cuando se enteró de que Jesús estaba sentado {a la mesa} en casa del Fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume;
Spanish: Sagradas Escrituras 1569
Y he aquí una mujer que había sido pecadora en la ciudad, cuando entendió que estaba a la mesa en casa de aquel fariseo, trajo un alabastro de ungüento,
New American Standard Bible
And there was a woman in the city who was a sinner; and when she learned that He was reclining at the table in the Pharisee's house, she brought an alabaster vial of perfume,
Referencias Cruzadas
Mateo 21:31
¿Cuál de los dos hizo la voluntad de su padre? Ellos le dijeron: El primero. Jesús les dijo: De cierto os digo, que los publicanos y las rameras van delante de vosotros al reino de Dios.
Mateo 26:6-13
Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
Marcos 14:3-9
Y estando Él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado Él a la mesa, vino una mujer trayendo un frasco de alabastro de ungüento de nardo puro, de mucho precio, y quebrando el frasco de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
Lucas 5:30
Y los escribas y los fariseos murmuraban contra sus discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los publicanos y pecadores?
Lucas 5:32
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Lucas 7:34
Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: He aquí un hombre glotón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores.
Lucas 7:37-39
Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento,
Lucas 18:13
Mas el publicano, estando lejos, no quería ni siquiera alzar los ojos al cielo, sino que golpeaba su pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador.
Lucas 19:7
Y viendo esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador.
Juan 9:24
Entonces volvieron a llamar al hombre que había sido ciego, y le dijeron: Da gloria a Dios; nosotros sabemos que este hombre es pecador.
Juan 9:31
Y sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguno es temeroso de Dios y hace su voluntad, a éste oye.
Juan 11:2
(María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, era la que ungió al Señor con ungüento, y enjugó sus pies con sus cabellos.)
Juan 12:1-8
Entonces Jesús, seis días antes de la pascua, vino a Betania, donde estaba Lázaro, el que había estado muerto, a quien había resucitado de los muertos.
Romanos 5:8
Mas Dios encarece su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
1 Timoteo 1:9
sabiendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los malos y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas,
1 Timoteo 1:15
Palabra fiel y digna de ser recibida por todos; que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.
1 Pedro 4:18
Y si el justo con dificultad es salvo; ¿en dónde aparecerá el impío y el pecador?
Información sobre el Versículo
Lecturas contextuales
36 Y uno de los fariseos le rogó que comiese con él. Y entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. 37 Y he aquí, una mujer de la ciudad que era pecadora, cuando supo que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con ungüento, 38 y estando detrás de Él a sus pies, llorando, comenzó a regar sus pies con lágrimas, y los enjugaba con los cabellos de su cabeza; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume.