Marcos 4:38

Y Él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y despertándole, le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?

Isaías 54:6-8

Porque como a mujer abandonada y triste de espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud que es repudiada, dice el Dios tuyo.

Isaías 64:12

¿Te estarás quieto, oh Jehová, sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?

1 Pedro 5:7

echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.

1 Reyes 18:27-29

Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, que dios es; quizá está meditando, o está ocupado, o va de camino; quizá duerme, y hay que despertarle.

Job 8:5-6

Si tú de mañana buscares a Dios, y suplicares al Todopoderoso;

Salmos 10:1-2

¿Por qué estás lejos, oh Jehová, y te escondes en el tiempo de la tribulación?

Salmos 22:1-2

«Al Músico principal, sobre Ajelet-sahar. Salmo de David» Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?

Salmos 44:23-24

Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no nos deseches para siempre.

Salmos 77:7-10

¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio?

Isaías 40:27-28

¿Por qué dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio?

Isaías 49:14-16

Pero Sión dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.

Isaías 51:9-10

Despiértate, despiértate, vístete de fortaleza, oh brazo de Jehová; despiértate como en el tiempo antiguo, en las generaciones pasadas. ¿No eres tú el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón?

Isaías 63:15

Mira desde el cielo, y contempla desde la morada de tu santidad y de tu gloria: ¿Dónde está tu celo, y tu fortaleza, la conmoción de tus entrañas y de tus misericordias para conmigo? ¿Se han estrechado?

Lamentaciones 3:8

Aun cuando clamé y di voces, cerró los oídos a mi oración.

Mateo 8:25

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos.

Lucas 8:24

Y viniendo a Él, le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertado Él, reprendió al viento y al levantamiento de las aguas; y cesaron, y fue hecha bonanza.

Juan 4:6

y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo; y era como la hora sexta.

Hebreos 2:17

Por cuanto le era preciso ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel Sumo Sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

Hebreos 4:15

Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas; sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.

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Reina Valera Gómez (© 2010)