Mateo 5:44

Mas yo os digo: Amad á vuestros enemigos, bendecid á los que os maldicen, haced bien á los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;

Lucas 23:34

Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y partiendo sus vestidos, echaron suertes.

Lucas 6:27-28

Mas á vosotros los que oís, digo: Amad á vuestros enemigos, haced bien á los que os aborrecen;

Hechos 7:60

Y puesto de rodillas, clamó á gran voz: Señor, no les imputes este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.

Romanos 12:14

Bendecid á los que os persiguen: bendecid y no maldigáis.

1 Pedro 3:9

No volviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino antes por el contrario, bendiciendo; sabiendo que vosotros sois llamados para que poseáis bendición en herencia.

Salmos 7:4

Si dí mal pago al pacífico conmigo,(asta he libertado al que sin causa era mi enemigo;)

Romanos 12:20-21

Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber: que haciendo esto, ascuas de fuego amontonas sobre su cabeza.

1 Pedro 2:23

Quien cuando le maldecían no retornaba maldición: cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente:

Éxodo 23:4-5

Si encontrares el buey de tu enemigo ó su asno extraviado, vuelve á llevárselo.

2 Reyes 6:22

Y él le respondió: No los hieras; ¿herirías tú á los que tomaste cautivos con tu espada y con tu arco? Pon delante de ellos pan y agua, para que coman y beban, y se vuelvan á sus señores.

Salmos 35:13-14

Mas yo, cuando ellos enfermaron, me vestí de saco; Afligí con ayuno mi alma, Y mi oración se revolvía en mi seno.

Proverbios 25:21-22

Si el que te aborrece tuviere hambre, dale de comer pan; Y si tuviere sed, dale de beber agua:

Lucas 6:34-35

Y si prestareis á aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué gracias tendréis? porque también los pecadores prestan á los pecadores, para recibir otro tanto.

1 Corintios 4:12-13

Y trabajamos, obrando con nuestras manos: nos maldicen, y bendecimos: padecemos persecución, y sufrimos:

1 Corintios 13:4-8

La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha;

2 Crónicas 28:9-15

Había entonces allí un profeta de Jehová, que se llamaba Obed, el cual salió delante del ejército cuando entraba en Samaria, y díjoles: He aquí Jehová el Dios de vuestros padres, por el enojo contra Judá, los ha entregado en vuestras manos; y vosotros los

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