Mas tú, Belén Efrata, pequeña para ser en los millares de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de los siglos.

Y tú, Belén, de tierra de Judá, no eres muy pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un Guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.

Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí, tu Rey vendrá a ti, Justo y Salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna.

¿No dice la Escritura, que de la simiente de David, y de la aldea de Belén, de donde era David, vendrá el Cristo?

Así murió Raquel, y fue sepultada en el camino de Efrata, la cual es Belén.

Porque cuando yo venía de Padan-aram, se me murió Raquel en la tierra de Canaán, en el camino, como media legua de tierra viniendo a Efrata; y la sepulté allí en el camino de Efrata, que es Belén.

No será quitado el cetro de Judá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga SILOH; y a él se congregarán los pueblos.

Antes que nacieran los montes y formaran la tierra y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios.

Porque niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado es asentado sobre su hombro. Y se llamará El Admirable, El Consejero, El Dios, El Fuerte, El Padre Eterno, El Príncipe de Paz.

Y saldrá una vara del tronco de Jessé, y un renuevo retoñará de sus raíces.

Y he aquí, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.

Y dijeron todos los del pueblo que estaban a la puerta con los ancianos: Testigos somos. El SEÑOR haga a la mujer que entra en tu casa como a Raquel y a Lea, las cuales edificaron la casa de Israel; y tú seas ilustre en Efrata, y tengas nombradía en Belén;

Con todo eso subirá, como renuevo, delante de él; y como raíz de tierra seca. No hay parecer en él, ni hermosura. Le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.

Y llegando Jesús, les habló, diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.

Además considera tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y pondrás sobre el pueblo príncipes sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta y sobre diez.

Y escogió Moisés varones de virtud de todo Israel, y los puso por cabezas sobre el pueblo, príncipes sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.

Y tomé los principales de vuestras tribus, varones sabios y expertos, y los puse por príncipes sobre vosotros, príncipes de millares, y príncipes de cientos, y príncipes de cincuenta, y príncipes de diez, y gobernadores de vuestras tribus.

Y se elegirá capitanes de mil, y capitanes de cincuenta; los pondrá asimismo a que aren sus campos, y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra, y los pertrechos de sus carros.

Mas vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os salva de todas vuestras aflicciones y angustias, diciendo: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, poneos delante del SEÑOR por vuestras tribus y por vuestros millares.

Y David era hijo de un varón efrateo de Belén de Judá, cuyo nombre era Jessé, el cual tenía ocho hijos; y era este hombre en el tiempo de Saúl, viejo, y de gran edad entre los hombres.

Llevarás asimismo estos diez quesos de leche al capitán de los mil, y cuida de ver si tus hermanos están bien, y toma prendas de ellos.

Considerad, pues, y ved todos los escondrijos donde se oculta, y volved a mí con la certidumbre, y yo iré con vosotros; que si él estuviere en la tierra, yo le buscaré con todos los millares de Judá.

Estos fueron los hijos de Caleb, hijo de Hur, primogénito de Efrata: Sobal, padre de Quiriat-jearim;

Los hijos de Salma: Belén, y los netofatitas, los cuales son las coronas de la casa de Joab, y de la mitad de los manahetitas, los zoraítas.

Y Penuel fue padre de Gedor, y Ezer padre de Husa. Estos fueron los hijos de Hur, primogénito de Efrata, padre de Belén.

Porque Judá fue el mayorazgo sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogenitura fue de José).

Tú fundaste la tierra antiguamente, y los cielos son obra de tus manos.

He aquí, en Efrata oímos de ella; la hallamos en los campos del bosque.

El SEÑOR me poseyó en el principio de su camino, desde entonces, antes de sus obras.

Y fui, y lo escondí en el Eufrates, como el SEÑOR me mandó.

Y de él será su Fuerte, y de en medio de él saldrá su Enseñoreador; y le haré llegar cerca, y se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que ablandó su corazón para llegarse a mí? Dijo el SEÑOR.

Así dijo el Señor DIOS: Y tomaré yo del cogollo de aquel alto cedro, y lo pondré; del principal de sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré yo sobre el monte alto y sublime;

Y despertaré sobre ellas un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David: él las apacentará, y él les será por pastor.

y los haré una nación en la tierra, en los montes de Israel; y un rey será a todos ellos por rey; y nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos en dos reinos;

En aquel día yo levantaré el Tabernáculo de David, caído, y cerraré sus portillos, y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado;

Y subió José de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David;

Y comenzaron a acusarle, diciendo: A éste hemos hallado que pervierte la nación, y que veda dar tributo a César, diciendo que él es Cristo, un Rey.

Y había también sobre él un título escrito con letras griegas, y romanas, y hebraicas: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.

En el principio ya era la Palabra, y aquel que es la Palabra era con el Dios, y la Palabra era Dios.

Y era la víspera de la Pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los Judíos: He aquí vuestro Rey.

antes lo que es la locura del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo que es la flaqueza del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte;

Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas consisten por él;

Porque manifiesto es que el Señor nuestro nació de la tribu de Judá, de la cual nada habló Moisés tocante al sacerdocio.

Jesús el Cristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos mirado bien, y nuestras manos han tocado de la Palabra de vida;

que decía: YO SOY el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete Iglesias que están en Asia: a Efeso, a Esmirna, a Pérgamo, a Tiatira, a Sardis, a Filadelfia, y a Laodicea.

Y escribe al ángel de la Iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, que fue muerto, y vive, dice estas cosas:

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.

Y me dijo: Hecho es. YO SOY el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente.

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