Romanos 7:4

Así también vosotros, hermanos míos, sois muertos a la ley en el cuerpo del Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, para que fructifiquemos a Dios.

Romanos 8:2

Porque la ley del Espíritu de vida en el Ungido, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.

Romanos 7:6

Pero ahora somos libres de la ley de la muerte en la cual estábamos detenidos, para que sirvamos en novedad de Espíritu, y no en vejez de letra.

Gálatas 5:18

Pero si sois guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley.

Romanos 6:22

Mas ahora, librados del pecado, y hechos siervos a Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin la vida eterna.

Efesios 2:15

deshaciendo en su carne las enemistades, que eran la ley de los mandamientos en orden a ritos, para edificar en sí mismo los dos en un nuevo hombre, haciendo la paz,

Colosenses 1:22

en el cuerpo de su carne por medio de la muerte, para haceros santos, y sin mancha, e irreprensibles delante de él;

Colosenses 2:14

Rayendo la cédula de los decretos que nos era contraria, que era contra nosotros, quitándola de en medio y clavándola en el madero;

Salmos 45:10-16

Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; y olvida tu pueblo, y la casa de tu padre;

Oseas 2:19-20

Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, misericordia, y miseraciones.

Mateo 26:26

Y comiendo ellos, tomó Jesús el pan, y habiendo dado gracias, lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed. Esto es mi cuerpo.

Juan 3:29

El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está en pie y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo es cumplido.

Juan 6:51

YO SOY el pan vivo que he descendido del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.

Juan 15:8

En esto es clarificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.

Romanos 6:2

En ninguna manera. Porque los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?

Romanos 6:14

Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

1 Corintios 10:16

La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la confraternidad de la sangre del Cristo? El pan que partimos, ¿no es la confraternidad del cuerpo del Cristo?

2 Corintios 11:2

Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado a un marido, para presentaros como una virgen limpia al Cristo.

Gálatas 2:19-20

Porque yo por la ley soy muerto a la ley, para vivir a Dios.

Gálatas 3:13

Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición; (porque está escrito: Maldito cualquiera que es colgado en un madero),

Gálatas 5:22-23

Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe,

Efesios 5:23-27

Porque el marido es cabeza de la mujer, así como el Cristo es cabeza de la Iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo.

Filipenses 1:11

llenos de fruto de justicia, que son por Jesús, el Cristo, a gloria y loor de Dios.

Filipenses 4:17

No porque busque dádivas; mas busco fruto que abunde en vuestra cuenta.

Colosenses 1:6

el cual ha llegado hasta vosotros, como está por todo el mundo; y fructifica, como también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad,

Colosenses 1:10

para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, fructificando en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios.

Colosenses 2:20

Pues si sois muertos con el Cristo a los elementos del mundo, ¿por qué como si vivieseis al mundo, decretáis ritos:

Hebreos 10:10

En esa voluntad somos santificados por la ofrenda del cuerpo de Jesús, el Cristo, hecha UNA VEZ.

1 Pedro 2:24

él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia, por cuya herida habéis sido sanados.

Apocalipsis 19:7

Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su mujer se ha aparejado.

Apocalipsis 21:9

Y vino a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete postreras plagas, y habló conmigo, diciendo: Ven, yo te mostraré la Esposa, mujer del Cordero.

Isaías 54:5

Porque tu marido será tu Hacedor; el SEÑOR de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra será llamado.

Isaías 62:5

Pues como el joven se casa con la virgen, se casarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo.

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Sagradas Escrituras (1569)