1 «Cántico gradual: de David» Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas demasiado sublimes para mí. 2 En verdad que me he comportado y he acallado mi alma, como un niño destetado de su madre; como un niño destetado está mi alma.
3 Espera, oh Israel, en Jehová desde ahora y para siempre.

Reina Valera Gómez (© 2010)