Salmos 31:2

Inclina a mí tu oído, líbrame presto; sé tú mi Roca fuerte, mi fortaleza para salvarme.

Salmos 102:2

No escondas de mí tu rostro; en el día de mi angustia inclina a mí tu oído; en el día que te invocare, apresúrate a responderme.

Deuteronomio 32:31

Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca: Aun nuestros mismos enemigos son de ello jueces.

Salmos 71:2-3

Hazme escapar, y líbrame en tu justicia; inclina a mí tu oído y sálvame.

Salmos 86:1

«Oración de David» Inclina, oh Jehová, tu oído, y óyeme; porque estoy afligido y menesteroso.

2 Samuel 22:3

Dios es mi Roca, en Él confiaré; mi escudo, y el cuerno de mi salvación, mi fortaleza alta y mi refugio; mi Salvador, tú me libras de violencia.

Job 7:21

¿Y por qué no perdonas mi rebelión, y quitas mi iniquidad? Porque ahora dormiré en el polvo, y si me buscares de mañana, ya no estaré.

Salmos 18:1-2

«Al Músico principal: Salmo de David, siervo de Jehová, el cual dijo a Jehová las palabras de este cántico el día que le libró Jehová de mano de todos sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:» Te amaré, oh Jehová, fortaleza mía.

Salmos 40:17

Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi Libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.

Salmos 62:7

En Dios está mi salvación y mi gloria; en Dios está la roca de mi fortaleza, y mi refugio.

Salmos 69:17

Y no escondas tu rostro de tu siervo; porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.

Salmos 79:1

«Salmo de Asaf» Oh Dios, vinieron los gentiles a tu heredad; el templo de tu santidad han contaminado; pusieron a Jerusalén en montones.

Salmos 90:1

«Oración de Moisés varón de Dios» Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.

Salmos 91:9

Porque has puesto a Jehová, que es mi refugio, al Altísimo por tu habitación,

Salmos 94:22

Mas Jehová me ha sido por refugio; y mi Dios es la Roca de mi confianza.

Salmos 130:2

Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.

Salmos 143:7

Respóndeme pronto, oh Jehová porque mi espíritu desfallece; no escondas de mí tu rostro, no venga yo a ser semejante a los que descienden a la fosa.

Proverbios 22:17

Inclina tu oído, y oye las palabras de los sabios, y aplica tu corazón a mi sabiduría:

Isaías 33:16

Éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras.

Lucas 18:8

Os digo que pronto cobrará venganza por ellos. Pero cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?

Juan 6:56

El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.

1 Juan 4:12

A Dios nadie le vio jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se perfecciona en nosotros.

1 Juan 4:15-16

Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)