1 «Al Músico principal: sobre Nehilot: Salmo de David» Escucha, oh Jehová, mis palabras; considera mi meditación. 2 Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, porque a ti oraré.
3 Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; de mañana presentaré mi oración delante de ti, y esperaré.
4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; el malo no habitará junto a ti. 5 Los insensatos no estarán delante de tus ojos; aborreces a todos los que obran iniquidad. 6 Destruirás a los que hablan mentira; al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
7 Y yo por la multitud de tu misericordia entraré en tu casa; y adoraré hacia tu santo templo en tu temor. 8 Guíame, Jehová, en tu justicia a causa de mis enemigos; endereza delante de mí tu camino.
9 Porque en su boca no hay rectitud; sus entrañas son perversidad; sepulcro abierto es su garganta; con su lengua lisonjean. 10 Destrúyelos, oh Dios; caigan por sus propios consejos; por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, porque se rebelaron contra ti.
11 Pero alégrense todos los que en ti confían; para siempre den voces de júbilo, porque tú los defiendes: En ti se regocijen los que aman tu nombre. 12 Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; lo rodearás de benevolencia como con un escudo.

Reina Valera Gómez (© 2010)