Salmos 50:7
Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy el Dios, el Dios tuyo.
Éxodo 20:2
Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de siervos.
Salmos 81:8
Oye, pueblo mío y te protestaré. Israel, si me oyeres,
Éxodo 19:5-6
Ahora pues, si diereis oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Deuteronomio 26:17-18
Al SEÑOR has ensalzado hoy para que te sea por Dios, y para andar en sus caminos, y para guardar sus estatutos y sus mandamientos y sus derechos, y para oír su voz.
Deuteronomio 31:19-21
Por tanto, escribíos este cántico, y enseñadle a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel.
1 Samuel 12:22-25
Pues el SEÑOR no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque el SEÑOR ha querido haceros pueblo suyo.
2 Reyes 17:13
El SEÑOR protestaba entonces contra Israel y contra Judá, por mano de todos los profetas, y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos, y mis ordenanzas, conforme a todas las leyes que yo mandé a vuestros padres, y que os he enviado por mano de mis siervos los profetas.
2 Crónicas 28:5
Por lo cual el SEÑOR su Dios lo entregó en manos del rey de los sirios, los cuales le derrotaron, y cogieron de él una gran presa, que llevaron a Damasco. Fue también entregado en manos del rey de Israel, el cual le hirió con gran mortandad.
Nehemías 9:29-30
Y les protestaste que se volvieran a tu ley; mas ellos hicieron soberbiamente, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron contra tus juicios (los cuales si el hombre hiciere, en ellos vivirá); y dieron hombro renitente, y endurecieron su cerviz, y no escucharon.
Salmos 49:1
Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitadores todos del mundo:
Salmos 81:10-12
Yo soy el SEÑOR tu Dios, que te hice subir de la tierra de Egipto; abre tu boca, y yo la llenaré.
Isaías 1:18
Venid luego, dirá el SEÑOR, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, serán tornados como la lana.
Jeremías 2:4-5
Oíd la palabra del SEÑOR, Casa de Jacob, y todas las familias de la Casa de Israel.
Jeremías 2:9
Por tanto, entraré aún en juicio con vosotros, dijo el SEÑOR, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé.
Ezequiel 20:5
y diles: Así dijo el Señor DIOS: El día que escogí a Israel, y que alcé mi mano por la simiente de la Casa de Jacob, y que fui conocido de ellos en la tierra de Egipto, cuando alcé mi mano a ellos, diciendo: Yo soy el SEÑOR vuestro Dios;
Ezequiel 20:7
entonces les dije: Cada uno eche de sí todo culto de dios fabricado por su carnal parecer, y no os contaminéis con los ídolos de Egipto. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
Ezequiel 20:19-20
Yo soy el SEÑOR vuestro Dios; andad en mis ordenanzas, y guardad mis derechos, y ponedlos por obra;
Miqueas 6:1-8
Oíd ahora lo que dice el SEÑOR: Levántate, pleitea con los montes, y oigan los collados tu voz.
Zacarías 13:9
Y meteré en el fuego la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá: El SEÑOR es mi Dios.
Malaquías 3:5
Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros; y contra los que juran mentira, y los que detienen el salario del jornalero, de la viuda, y del huérfano, y los que hacen agravio al extranjero, no teniendo temor de mí, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido