Salmos 61:4

Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro en el escondedero de tus alas.

Salmos 17:8

Guárdame como lo negro de la niña del ojo, escóndeme con la sombra de tus alas.

Salmos 23:6

Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida; y en la Casa del SEÑOR reposaré para siempre.

Salmos 27:4

Una cosa he demandado al SEÑOR, ésta buscaré; que esté yo en la Casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para inquirir en su templo.

Salmos 91:4

Con su ala te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.

Salmos 15:1

El SEÑOR, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en el monte de tu santidad?

Rut 2:12

El SEÑOR galardone tu obra, y tu remuneración sea llena por el SEÑOR Dios de Israel; que has venido para cubrirte debajo de sus alas.

Salmos 57:1

Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; porque en ti ha confiado mi alma, y en la sombra de tus alas me ampararé, hasta que pasen los quebrantos.

Salmos 61:7

El estará para siempre delante de Dios; misericordia y verdad apercibe que lo conserven.

Salmos 62:7

En Dios es mi salud y mi gloria; peña de mi fortaleza; mi refugio es en Dios.

Salmos 63:7

Porque has sido mi socorro; y así en la sombra de tus alas me regocijaré.

Salmos 90:1

Señor, tú nos has sido refugio de generación en generación.

Salmos 91:1

El que habita en el escondedero del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente.

Salmos 92:13

Plantados en la Casa del SEÑOR, en los atrios de nuestro Dios florecerán.

Salmos 142:4-5

Miraba a la mano derecha, y observaba; mas no había quién me conociera; no tuve refugio, no había quién volviera por mi vida.

Mateo 23:37

¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que son enviados a ti! ¡Cuántas veces quise juntar tus hijos, como la gallina junta sus pollos debajo de las alas, y no quisiste!

Hebreos 6:18

para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos acogemos a unirnos a la esperanza propuesta;

Apocalipsis 3:12

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá fuera; y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios, y el nombre de la Ciudad de mi Dios, que es la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de con mi Dios, y mi Nombre nuevo.

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