Salmos 69:15

No me anegue la corriente de las aguas, ni me trague el abismo, ni el pozo cierre sobre mí su boca.

Números 16:33-34

Y ellos, con todo lo que tenían, descendieron vivos al abismo, y los cubrió la tierra, y perecieron de en medio de la congregación.

Salmos 16:10

Porque no dejarás mi alma en el infierno; ni permitirás que tu Santo vea corrupción.

Salmos 88:4-6

Soy contado con los que descienden a la fosa, soy como hombre sin fuerza;

Salmos 124:4-5

Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente:

Isaías 43:1-2

Y ahora, así dice Jehová Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

Jonás 2:2-7

y dijo: Clamé de mi tribulación a Jehová, y Él me oyó; Del vientre del infierno clamé, y mi voz oíste.

Mateo 12:40

Porque como estuvo Jonás en el vientre de la ballena tres días y tres noches; así estará el Hijo del Hombre tres días y tres noches en el corazón de la tierra.

Hechos 2:24

a quien Dios resucitó, habiendo soltado los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser retenido por ella.

Hechos 2:31

viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el infierno, ni su carne vio corrupción.

Apocalipsis 12:15-16

Y la serpiente echó de su boca, tras la mujer, agua como un río, a fin de hacer que fuese arrastrada por el río.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)