Salmos 94:5

A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, y a tu heredad afligen.

Isaías 3:15

¿Qué pensáis vosotros que majáis mi pueblo, y moléis las caras de los pobres? dice el Señor Jehová de los ejércitos.

Éxodo 2:23-24

Y aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre.

Salmos 7:2

no sea que desgarren mi alma cual león, despedazándola, sin que haya quien libre.

Salmos 14:4

¿No tendrán conocimiento todos los obradores de iniquidad, que devoran a mi pueblo como si comiesen pan, y a Jehová no invocan?

Salmos 44:22

Pero por causa de ti nos matan cada día; somos contados como ovejas para el matadero.

Salmos 74:8

Dijeron en su corazón: Destruyámoslos de una vez; han quemado todas las sinagogas de Dios en la tierra.

Salmos 74:19-20

No entregues a las bestias el alma de tu tórtola; y no olvides para siempre la congregación de tus afligidos.

Salmos 79:2-3

Dieron los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos; la carne de tus santos a las bestias de la tierra.

Salmos 79:7

Porque han consumido a Jacob, y su morada han asolado.

Salmos 129:2-3

mucho me han angustiado desde mi juventud; mas no prevalecieron contra mí.

Isaías 52:5

Y ahora ¿qué tengo yo aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado sin un por qué? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar, dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el día.

Jeremías 22:17

Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia, y para derramar la sangre inocente, y para opresión, y para hacer agravio.

Jeremías 50:11

Porque os alegrasteis, porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os llenasteis como becerra sobre la hierba, y mugís como toros;

Jeremías 51:20-23

Maza me sois, y armas de guerra; contigo quebrantaré naciones, y contigo destruiré reinos.

Jeremías 51:34

Me comió, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia; me dejó como un vaso vacío, me tragó como dragón, llenó su vientre de mis delicadezas, y me echó fuera.

Miqueas 3:2-3

A vosotros que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les arrancáis su piel y su carne de sobre sus huesos;

Apocalipsis 11:3

Y daré potestad a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

Apocalipsis 17:6

Y vi a la mujer embriagada de la sangre de los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé maravillado con gran asombro.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)