Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía.

Tus muertos vivirán, sus cadáveres se levantarán. ¿Moradores del polvo, despertad y dad gritos de júbilo!, porque tu rocío es {como} el rocío del alba, y la tierra dará a luz a los espíritus.

Confiad en el SEÑOR para siempre, porque en DIOS el SEÑOR, {tenemos} una Roca eterna.

En aquel día se cantará este cántico en la tierra de Judá: Ciudad fuerte tenemos; para protección El pone murallas y baluartes.

En la noche te desea mi alma, en verdad mi espíritu dentro de mí te busca con diligencia; porque cuando la tierra tiene {conocimiento} de tus juicios, aprenden justicia los habitantes del mundo.

Ciertamente, {siguiendo} la senda de tus juicios, oh SEÑOR, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma.

Ven, pueblo mío, entra en tus aposentos y cierra tras ti tus puertas; escóndete por corto tiempo hasta que pase la indignación.

SEÑOR, tú establecerás paz para nosotros, ya que también todas nuestras obras tú las hiciste por nosotros.

Abrid las puertas para que pueda entrar la nación justa, la que permanece fiel.

Los muertos no vivirán, los espíritus no se levantarán, pues los castigaste y destruiste, y has borrado todo recuerdo de ellos.

{Aunque} se le muestre piedad al impío, no aprende justicia; obra injustamente en tierra de rectitud, y no ve la majestad del SEÑOR.

Porque he aquí, el SEÑOR va a salir de su lugar para castigar la iniquidad de los habitantes de la tierra, y la tierra pondrá de manifiesto su sangre derramada y no ocultará más a sus asesinados.

Oh SEÑOR, en la angustia te buscaron; apenas susurraban una oración, cuando tu castigo estaba sobre ellos.

Como la mujer encinta, al acercarse el {momento de} dar a luz, se retuerce {y} grita en sus dolores de parto, así éramos nosotros delante de ti, oh SEÑOR.

La senda del justo es rectitud; tú, que eres recto, allana el sendero del justo.

Oh SEÑOR, alzada está tu mano, {mas} ellos no la ven. Que vean {tu} celo por el pueblo y se avergüencen; ciertamente el fuego devorará a tus enemigos.

Oh SEÑOR, Dios nuestro, otros señores fuera de ti nos han gobernado; {pero} en ti solo confesamos tu nombre.

Porque El ha abatido a los que moran en lo alto, a la ciudad inexpugnable; la humilla, la humilla hasta la tierra, la derriba hasta el polvo.

Estábamos encinta, nos retorcíamos {en los dolores,} dimos a luz, al parecer, {sólo} viento. No logramos liberación para la tierra, ni nacieron habitantes del mundo.

La hollará el pie: los pies de los afligidos, las pisadas de los desvalidos.

Has aumentado la nación, oh SEÑOR, has aumentado la nación, te has glorificado, has ensanchado todos los límites de la tierra.