65 Versículo de la Biblia sobre Aflicciones, Consuelo durante

Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento.

Mas el Dios de la paciencia y de la consolación os dé que entre vosotros seáis de un mismo sentir según Cristo Jesús;

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias, y el Dios de toda consolación,

Mas Dios, que consuela a los abatidos, nos consoló con la venida de Tito;

Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad con gozo;

Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y el Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dio consolación eterna, y buena esperanza por gracia, consuele vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra.

a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados;

No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.

Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por Cristo nuestra consolación.

y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre; el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis; porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, Él dará testimonio de mí.

Pero yo os digo la verdad: Os es necesario que yo me vaya; porque si yo no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.

Entonces las iglesias tenían paz por toda Judea, y Galilea, y Samaria, y eran edificadas, andando en el temor del Señor; y en el consuelo del Espíritu Santo se multiplicaban.

Ciertamente consolará Jehová a Sión; consolará todos sus lugares desolados, y hará su desierto como el Edén, y su soledad como el huerto de Jehová. Gozo y alegría se hallarán en ella, acciones de gracias y la voz de cánticos.

Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.

Sin embargo, he aquí quedará en ella un remanente, hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí que ellos entrarán a vosotros, y veréis su camino y sus hechos; y seréis consolados del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que traje sobre ella. Y os consolarán cuando viereis su camino y sus hechos, y sabréis que no sin causa hice todo lo que he hecho en ella, dice Jehová el Señor.

Pero he aquí, yo la atraeré, y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.

Clama aún, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Aún serán ensanchadas mis ciudades por la abundancia del bien; y aún consolará Jehová a Sión, y escogerá todavía a Jerusalén.

Ésta es mi consuelo en mi aflicción; pues tu palabra me ha vivificado.

Porque las cosas que antes fueron escritas, para nuestra enseñanza fueron escritas; para que por la paciencia y consolación de las Escrituras, tengamos esperanza.

Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados.

Mas el que profetiza, habla a los hombres para edificación, y exhortación, y consolación.

el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquier angustia, con la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios.

Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme.

para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que ordeñéis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria.

para que por dos cosas inmutables, en las cuales, es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo, los que nos hemos refugiado asiéndonos de la esperanza puesta delante de nosotros.

Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y el Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dio consolación eterna, y buena esperanza por gracia,

Y dirás en aquel día: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te enojaste contra mí, tu ira se apartó, y me has consolado.

Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate, tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.

Desfallecieron mis ojos por tu palabra, diciendo: ¿Cuándo me consolarás?

Por tanto, consolaos unos a otros con estas palabras.

Por lo cual, consolaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.

La afrenta ha quebrantado mi corazón, y estoy acongojado; y esperé quien se compadeciese de mí, y no lo hubo; y consoladores, y ninguno hallé.

Amargamente llora en la noche, y sus lágrimas están en sus mejillas; no tiene quien la consuele de entre todos sus amantes; todos sus amigos la traicionaron, se le volvieron enemigos.

Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.

Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta; si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.

El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ha ungido Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;

¿Qué Dios como tú, que perdonas la maldad, y olvidas el pecado del resto de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque es amador de misericordia. Él volverá, Él tendrá misericordia de nosotros; Él sujetará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.

El Espíritu del Señor está sobre mí: Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres: Me ha enviado para sanar a los quebrantados de corazón: Para predicar libertad a los cautivos: Y a los ciegos vista: Para poner en libertad a los quebrantados:

¿Por qué te abates, oh alma mía, y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle por la ayuda de su presencia.

En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma.

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

De cierto, de cierto os digo, que vosotros lloraréis y lamentaréis, y el mundo se alegrará; pero aunque vosotros estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en gozo.

Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.

Aun mi íntimo amigo, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, levantó contra mí su calcañar. Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, y les daré el pago. En esto conozco que te he agradado; en que mi enemigo no triunfa sobre mí.Leer más.
En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me has hecho estar delante de ti para siempre.

Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.

El eterno Dios es tu refugio y acá abajo los brazos eternos; Él echará de delante de ti al enemigo, y dirá: Destruye.

Tú lo has visto; porque tú miras la maldad y la vejación, para cobrar venganza con tu mano: En ti se refugia el pobre, tú eres el amparo del huérfano.

Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias.

Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; ablandarás toda su cama en su enfermedad.

Y el Dios de paz aplastará en breve a Satanás bajo vuestros pies. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén.

No os ha tomado tentación, sino humana; mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis soportar; sino que con la tentación dará también la salida, para que podáis resistir.

y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de Cristo.

Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando hubiere sido probado, recibirá la corona de vida, que el Señor ha prometido a los que le aman.

Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros.

Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;

No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados; y tendréis tribulación de diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.

Yo sé que mi Redentor vive, y en el día final se levantará sobre la tierra; y después de deshecha esta mi piel, en mi carne he de ver a Dios;

En la casa de mi Padre muchas mansiones hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Porque sabemos que si nuestra casa terrenal, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en el cielo.

Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Él a los que durmieron en Jesús.

Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios.

Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Éstos son los que han salido de gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, y le sirven día y noche en su templo; y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. No tendrán más hambre, ni sed; y el sol no caerá más sobre ellos, ni ningún calor;Leer más.
porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes vivas de aguas: Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.

Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, porque descansan de sus trabajos; pero sus obras con ellos continúan.

No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares.