8 Versículo de la Biblia sobre Aflicciones como una bendición disfrazada

He aquí, bienaventurado es el hombre á quien Dios castiga: Por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.

De seguro conviene se diga á Dios: Llevado he ya castigo, no más ofenderé:

Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.

Mejor es ir á la casa del luto que á la casa del convite: porque aquello es el fin de todos los hombres; y el que vive parará mientes.

Y meteré en el fuego la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y probarélos como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío: y él dirá: Jehová es mi Dios.

Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria;

Es verdad que ningún castigo al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; mas después da fruto apacible de justicia á los que en él son ejercitados.

Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han venido de grande tribulación, y han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero.