23 Versículo de la Biblia sobre Dar a conocer a Cristo

Ya ordenado de antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postrimeros tiempos por amor de vosotros,

Y yo no le conocía; más para que fuese manifestado á Israel, por eso vine yo bautizando con agua.

Dícele Judas, no el Iscariote: Señor, ¿qué hay porque te hayas de manifestar á nosotros, y no al mundo?

Que ninguno que procura ser claro, hace algo en oculto. Si estas cosas haces, manifiéstate al mundo.

Y salió esta fama por toda aquella tierra.

Mas ellos salidos, divulgaron su fama por toda aquella tierra.

Como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará.

Diciendo: ¿Eres tú el Cristo? dínos lo. Y les dijo: Si os lo dijere, no creeréis;

Y he aquí, habla públicamente, y no le dicen nada; ¿si habrán entendido verdaderamente los príncipes, que éste es el Cristo?

El que tiene mis mandamientos, y los guarda, aquél es el que me ama; y el que me ama, será amado de mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré á él.

DESPUÉS se manifestó Jesús otra vez á sus discípulos en la mar de Tiberias; y manifestóse de esta manera.

Antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo.

Porque no os hemos dado á conocer la potencia y la venida de nuestro Señor Jesucristo, siguiendo fábulas por arte compuestas; sino como habiendo con nuestros propios ojos visto su majestad.

(Porque la vida fué manifestada, y vimos, y testificamos, y os anunciamos aquella vida eterna, la cual estaba con el Padre, y nos ha aparecido;)

Y como hubo dicho esto, mostróles las manos y el costado. Y los discípulos se gozaron viendo al Señor.

Mas cuando plugo á Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia, Revelar á su Hijo en mí, para que le predicase entre los Gentiles, luego no conferí con carne y sangre;

El me glorificará: porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.

Pues ni yo lo recibí, ni lo aprendí de hombre, sino por revelación de Jesucristo.

Por lo cual, teniendo los lomos de vuestro entendimiento ceñidos, con templanza, esperad perfectamente en la gracia que os es presentada cuando Jesucristo os es manifestado:

Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuera manifestado:

De tal manera que nada os falte en ningún don, esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo:

Cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

Todo lo que tiene el Padre, mío es: por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.