21 Versículos de la Biblia sobre Dios Vindica

Y dijo Raquel: Me juzgó Dios, y también oyó mi voz, y me dio un hijo. Por tanto llamó su nombre Dan.

Jehová juzgará a los pueblos: Júzgame, oh Jehová, conforme a mi justicia y conforme a mi integridad.

«Salmo de David» Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; he confiado asimismo en Jehová, no vacilaré.

Júzgame, oh Dios, y aboga mi causa: Líbrame de nación impía, del hombre de engaño e iniquidad.

«Al Músico principal: en Neginot: Masquil de David, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No está David escondido en nuestra tierra?» Oh Dios, sálvame por tu nombre, y con tu poder defiéndeme.

Cercano está el que me justifica; ¿quién contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de mi causa? Acérquese a mí.

Yo sé que mi Redentor vive, y en el día final se levantará sobre la tierra;

He aquí ahora, yo he preparado mi causa, y sé que seré justificado.

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.

Porque Jehová juzgará a su pueblo, y por amor de sus siervos se arrepentirá, cuando viere que su fuerza se ha ido, y que no queda preso o desamparado.

Porque Jehová juzgará a su pueblo, y se arrepentirá en cuanto a sus siervos.

¿Y no cobrará Dios venganza por sus escogidos, que claman a Él día y noche, aunque sea longánimo para con ellos?

Ninguna arma forjada contra ti, prosperará; y tú condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Ésta es la herencia de los siervos de Jehová, y su justicia viene de mí, dice Jehová.

Jehová sacó a luz nuestras justicias; venid, y contemos en Sión la obra de Jehová nuestro Dios.

Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redimiste mi vida.

Y exhibirá tu justicia como la luz, y tu derecho como el mediodía.

Él recibirá bendición de Jehová, y justicia del Dios de su salvación.

Y sin contradicción, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne; justificado en el Espíritu; visto de los ángeles; predicado a los gentiles; creído en el mundo; recibido arriba en gloria.

Y cuando David oyó que Nabal había muerto, dijo: Bendito sea Jehová que juzgó la causa de mi afrenta recibida de la mano de Nabal, y ha preservado del mal a su siervo; y Jehová ha tornado la maldad de Nabal sobre su propia cabeza. Después envió David a hablar a Abigail, para tomarla por su esposa.

Porque has sostenido mi juicio y mi causa; te sentaste en el trono juzgando con justicia.

Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, que se complace en la prosperidad de su siervo.