32 Versículo de la Biblia sobre Dios sana
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Tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus dolencias;
y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu Sanador.
Vuelve, y di a Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.
Mas yo haré venir sanidad para ti, y te sanaré de tus heridas, dice Jehová; porque Desechada te llamaron, diciendo: Ésta es Sión, a la que nadie busca.
Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo curo; y no hay quien pueda librar de mi mano.
Porque Él es quien hace la llaga, y Él la vendará: Él hiere, y sus manos curan.
Y herirá a Egipto, herirá y sanará; y se convertirán a Jehová, y les será clemente y los sanará.
He aquí que yo le hago subir sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de paz y de verdad.
Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día que vendare Jehová la quebradura de su pueblo, y curare la llaga de su herida.
Él sana a los quebrantados de corazón, y venda sus heridas.
Restaurará mi alma; me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Venid y volvámonos a Jehová; porque Él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.
Yo con todo enseñé a caminar a Efraín, tomándolo de los brazos; y no conocieron que yo los cuidaba.
He aquí, en aquel tiempo yo desharé a todos tus opresores; y salvaré la coja, y recogeré la descarriada; y los pondré por alabanza y por renombre en todo país de confusión.
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y con los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane.
Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y de los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane.
Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque yo estoy debilitado; sáname, oh Jehová, porque mis huesos están conmovidos.
Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque tú eres mi alabanza.
Yo dije: Jehová, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado.
Y ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía; mas le pagaréis la expiación: y entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano.
Mas para vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.
Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestra infidelidad. He aquí nosotros venimos a ti; porque tú eres Jehová nuestro Dios.
He visto sus caminos, y lo sanaré; y lo guiaré y le daré consuelo a él y a sus enlutados.
Yo creo el fruto de labios: Paz, paz al lejano y al cercano, dice Jehová; y lo sanaré.
Mas Él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Y junto al río, en su ribera de uno y otro lado, crecerá todo árbol frutal; su hoja nunca caerá, ni faltará su fruto; a sus meses madurará, porque sus aguas salen del santuario; y su fruto será para comer, y su hoja para medicina.
En el medio de la calle de ella, y de uno y de otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
Porque será medicina a tu ombligo, y tuétano a tus huesos.