80 Versículos de la Biblia sobre El amor ágape
Versículos Más Relevantes
Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.
La caridad nunca deja de ser; mas las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.
Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza; mas el juicio y el amor de Dios pasáis por alto. Esto os era necesario hacer, sin dejar de hacer lo otro.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; como también yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos.
Y yo les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún; para que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.
y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos es dado.
Mas Dios encarece su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra criatura nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, apegaos a lo bueno.
Mas si por causa de tu comida, tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No destruyas con tu comida a aquel por el cual Cristo murió.
Y os ruego hermanos, por nuestro Señor Jesucristo, y por el amor del Espíritu, que os esforcéis conmigo en oración por mí a Dios;
Porque en Jesucristo ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por amor.
Porque vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino por amor servíos los unos a los otros.
Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él, en amor,
Por lo cual también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y amor para con todos los santos,
que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor,
y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento; para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
con toda humildad y mansedumbre, con paciencia soportándoos los unos a los otros en amor,
Antes hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas, en Aquél que es la cabeza, en Cristo;
de quien todo el cuerpo bien ligado entre sí, y unido por lo que cada coyuntura suple, conforme a la eficacia y medida de cada miembro, hace que el cuerpo crezca para la edificación de sí mismo en amor.
y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros a Dios, ofrenda y sacrificio de dulce fragancia.
Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios el Padre, y del Señor Jesucristo.
habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos,
el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo;
para que sean consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de la plena seguridad del entendimiento; a fin de conocer el misterio de Dios, y del Padre, y de Cristo,
Y sobre todas estas cosas, vestíos de amor que es el vínculo de perfección.
recordando sin cesar vuestra obra de fe, y trabajo de amor y paciencia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo, delante del Dios y Padre nuestro.
Pero ahora que Timoteo vino de vosotros a nosotros, y nos trajo las buenas nuevas de vuestra fe y amor, y que siempre tenéis gratos recuerdos de nosotros, deseando vernos, como también nosotros a vosotros;
Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros;
Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, vestidos de la coraza de fe y amor, y de la esperanza de salvación, como un yelmo.
y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros.
Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo sobremanera, y el amor de cada uno de vosotros, abunda más y más de unos para con otros;
y con todo engaño de iniquidad en los que perecen; por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
Y el Señor dirija vuestros corazones en el amor de Dios, y en la paciencia de Cristo.
Pues el fin del mandamiento es el amor de corazón puro, y de buena conciencia, y de fe no fingida,
Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús.
Pero será salva engendrando hijos, si permanecieren en fe y amor y santidad, con modestia.
Ninguno tenga en poco tu juventud; sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en pureza.
Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
Porque no nos ha dado Dios un espíritu de temor, sino de poder, y de amor, y de templanza.
Retén la forma de las sanas palabras que de mi oíste, en fe y amor que es en Cristo Jesús.
Huye también de las concupiscencias juveniles; y sigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, con los que invocan al Señor de corazón puro.
Pero tú has conocido mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, caridad, paciencia,
oyendo de tu amor, y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos;
Porque tenemos gran gozo y consolación en tu amor, de que por ti, oh hermano, han sido recreadas las entrañas de los santos.
más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora además, prisionero de Jesucristo.
Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente amor; porque el amor cubrirá multitud de pecados.
Saludaos unos a otros con ósculo de amor. Paz a todos vosotros los que estáis en Cristo Jesús. Amén.
pero el que guarda su palabra, verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado en él; por esto sabemos que estamos en Él.
No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a Él.
En esto conocemos el amor de Dios, en que Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos.
Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano tener necesidad, y le cierra sus entrañas, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo el que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.
El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor.
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él.
En esto consiste el amor; no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.
A Dios nadie le vio jamás. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se perfecciona en nosotros.
Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
En esto es perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como Él es, así somos nosotros en este mundo.
En el amor no hay temor; mas el perfecto amor echa fuera el temor, porque el temor conlleva castigo. Y el que teme no ha sido perfeccionado en el amor.
Porque éste es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
Gracia sea con vosotros, misericordia y paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, Hijo del Padre, en verdad y en amor.
Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: Que andéis en él, como vosotros habéis oído desde el principio.
los cuales han dado testimonio de tu amor en presencia de la iglesia; a los cuales si encaminares en su jornada como es digno según Dios, harás bien.
Éstos son manchas en vuestros ágapes, que banquetean con vosotros, apacentándose a sí mismos sin temor; son nubes sin agua, las cuales son llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados;
conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
Yo conozco tus obras, y caridad, y servicio, y fe, y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.
Artículos Relacionados
- Actitud hacia la gente de Dios
- Amar a los demás
- Amor
- Amor fraterno
- Amor, naturaleza de
- Compromiso, al pueblo de Dios
- Conociendo a Dios, Efectos de
- Dios, el amor de
- El Ministerio, en la Iglesia
- El amor a los demás
- El amor de Cristo
- El amor de Dios
- El amor de Dios en Cristo
- El amor, de Hombre
- El amor, el uno para el otro
- El efecto de la muerte de Cristo.
- El progreso
- Estar en el amor
- Expiación
- La Perfección Humana
- La fe, el crecimiento de
- La fe, la naturaleza de
- Las actitudes, a otras personas
- Mantener la fe
- Objetivo en el amor
- Restaurado en Cristo Jesús
- Vitalidad espiritual
- Amar
- Amar a los compañeros cristianos
- Amar a todos
- Amarse unos a otros
- Amarte a uno mismo
- Aquellos que aman a Dios
- Dar animo a los demás
- El amor a Cristo
- El amor como fruto del espíritu
- El amor de Dios
- El amor de Dios por nosotros
- El amor de los hermanos
- El amor de un padre
- El amor familiar
- El amor fraternal
- El amor incondicional
- El amor verdadero
- El amor y la familia
- El amor y las relaciones
- El crecimiento del amor
- El cumplimiento de las órdenes de Cristo
- El padre
- El trabajo duro y la perseverancia
- Encontrar el amor
- La amistad y el amor
- La ausencia de amor
- La esperanza y el amor
- La esperanza y la fe
- La existencia de amor entre varias personas
- La fe, la esperanza y el amor
- La maternidad
- La misericordia y la gracia
- La necesidad de amar a Dios
- La obediencia
- La paciencia en las relaciones
- La perseverancia
- La pureza
- La resiliencia
- La revelación de la salvación de Dios
- Los amadores
- Mantener la fe
- Perseverar
- Ser amado
- Ser paciente
- Tener fe